Oh, Mother

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Mi mamá no acostumbraba a despertar un domingo tan temprano. Por eso me dio un poco de risa cuando fui a su casa y ella aun tenía su antifaz para dormir en la cabeza.

Me miró raro, como si no pudiera creer que estaba ahí y me dejó pasar.

—¿Te caíste de la cama?.—preguntó mientras caminaba a la cocina y encendió la cafetera.

—Me levanté temprano porqué Tommy se fue con Luke al acuario.—dejé mi bolso sobre el mesón y me senté en el banco observándola.

Estaba de espaldas hacia mi preparando el café y sonreí de la nada. Mi mamá para mi era la mejor y me sentía afortunada de tenerla, no la cambiaría por nada ni por nadie.

Mi mamá no era mala, era un poco rara y loca, pero para mi era increíble y la volvería a escoger como mi madre si volviera a nacer.

—Azúcar de dieta ¿No?.—preguntó mientras revolvía las tazas de café y asentí.—Corriste con suerte de que ayer fui al supermercado y compré.—me dió la taza de café y le agradecí con una sonrisa.

—Claro...fue por eso y no porque siempre tienes mis cosas favoritas aquí para darme cuando vengo.—ella ocultó una sonrisa mientras bebía café y me eché a reír.—Quiero hablar algo serio contigo, mami.

—¿Qué sucede? ¿Estás embarazada de nuevo?.—se precipitó en hablar y su expresión me dio mucha risa.

—No.—negué con la cabeza y dejé la taza sobre la mesada.—Tiene que ver contigo...—asintió despacio y tomó asiento a mi lado mirándome con curiosidad.—¿Por qué nunca nos hablaste de tu familia o de nuestros padres?.

—Venus...—bufó negando varias veces.—No es un tema que quiera tocar.

—¿Pero por qué?.

—Porque no.—dijo seria, mirándome a los ojos.—¿Eso que interesa ahora?, no nos hizo falta antes cuando no teníamos nada y ahora menos. Mírate, tienes tu familia, estás podrida en dinero y tu hermana es brillante quizás gane el nobel algún día.—bebió un trago de su café.—Estamos bien.

—Siempre haces esto, cada vez que pregunto tú sólo me evades. Quiero saber mamá, merezco saber quienes somos.

—Carajos.—gruñó levantándose de donde estaba y fue directo al estante de la cocina en donde guardaba sus cigarrillos.

Encendió uno y se quedó en silencio por un momento, ninguna decía nada. Mi mamá parecía estar divagando mientras aspiraba el humo de su cigarrillo.

—¿Qué es lo que quieres saber?.—preguntó de mala gana.

—¿Cómo se llamaba mi padre?.—arrojé la primera pregunta. Expulsó el humo de sus pulmones.

—Peter...aunque cuando lo conocí le decían la cobra.—hizo una mueca y le dio una profunda calada a su cigarrillo.—Su apellido era Evans...Peter Daryl Evans.—pronunció su nombre lentamente.

Sin saberlo, confirmó que el tipo que apareció en mi casa si era quien decía ser. Eso me puso un poco inquieta porque en el fondo no quería que fuera cierto.

—Era cinco años mayor que yo. Lo conocí cuando tenía quince años, yo trabajaba como cajera en una tienda de comestibles y él iba todas las tardes a comprar, cigarrillos, goma de mascar y dos botellas de Jack Daniel's. —se encogió de hombros y botó las cenizas del cigarrillo en le fregadero.—Me embaracé a los dieciséis y mis padres, que eran muy conservadores, me hicieron abortar...a nadie en mi familia le gustaba Peter, mi padre lo odiaba y mi madre me encerraba en el closet debajo de las escaleras para que no me fuera con él. Incluso me sacaron de la escuela y decidieron darme educación en casa...—se echó a reír y volvió a mirarme.—Logré escaparme con él creyendo que por fin huiría de la sobreprotección de mis padres...en ese momento creí que ellos me odiaban pero años después comprendí que sólo estaban evitándome el sufrimiento.

𝐶𝑜𝑛𝑓𝑒𝑠𝑠𝑖𝑜𝑛𝑠 𝑂𝑓 𝑀𝑦 𝐵𝑟𝑜𝑘𝑒𝑛 𝐻𝑒𝑎𝑟𝑡 | 𝙇. 𝙃𝙚𝙢𝙢𝙞𝙣𝙜𝙨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora