Psique

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Tommy estaba con Luke en su casa, lo fue a buscar temprano para pasar el día con él. Pero ya iban a ser las tres de la tarde y debía ir a la casa de mi mamá para ayudarla con los preparativos de la fiesta sorpresa que le haríamos a mi hermana, así que fui a buscarlo.

Un sentimiento de tristeza me invadió por completo al reconocer aquella casa en donde una vez pensé que tendría mi final feliz y ahora sólo era una promesa rota que nunca llegó a cumplirse.

Intenté controlarme, tomé varias respiraciones profundas y llamé a la puerta presionando el timbre.

—Hola.—fue un shock para mi ver a una mujer abrir la puerta. Pestañeé un par de veces y fruncí el ceño por completo.—Vengo por Tommy...—murmuré casi en un susurro.

La mujer se me quedó viendo, escaneándome lentamente con la mirada. Me subí las gafas de sol hasta dejarlas en mi cabeza y la miré del mismo modo que ella lo hacía conmigo.

—¿Eres la mamá de Tommy?—preguntó incrédula.

—Sí.

—Pasa...—me dejó pasar abriendo la puerta por completo.

No sé qué fue peor, si entrar y revivir los recuerdos o el hecho de que había otra mujer en la casa donde creí que mis sueños se volverían realidad.

—Están atrás.—dijo aquella muchacha y asentí regalándole una sonrisa.

Caminé lentamente, observando cada detalle. El corazón se me arrugó en el pecho y contener las ganas de llorar era cada vez más difícil, traté de controlarme lo mejor que pude y continué mi camino hasta el pórtico trasero que daba exactamente hacia la playa.

Tommy y Luke estaban jugando felizmente con un perrito. Luke le estaba mostrando a nuestro hijo cómo enseñar al perro a hacer trucos y era demasiado lindo ver a Tommy intentarlo.

Me quité los tacones dejándolos a un lado y me acerqué hasta donde estaban ellos dos y ver más de cerca lo que ambos hacían.

—Búscala.—ordenó Tommy mientras arrojaba la pelota y el perrito salió corriendo.—¡Mami!—gritó al notar mi presencia y vino corriendo hasta mi para abrazarme.—Papá me compró una perrita, le pusimos Psique.—lo cargué apoyándolo en uno de mis brazos.

—¿Psique?.—asintió rápido.

—Fue idea de papá.—miré a Luke y casi me arrepiento de hacerlo.

Estaba sonriéndome con esa bella sonrisa que tanto adoraba, los rayos del sol le daban justo en la cara y el cabello se le movía con la brisa. Parecía un ángel aterrizando en la playa.

—¿No conoces la historia de Psique?.—Asentí lentamente.—Me pareció buena idea que Tommy le pusiera así a su perrita...—sonrió de lado y me mordí el labio bajando la mirada.

La historia de Psique y Eros era una de mis historias favoritas de la mitología griega. Eros, hijo de Afrodita, se enamoró perdidamente de una chica llamada Psique, su madre la odiaba porque sentía celos de su belleza y le dijo a su hijo que la asesinarla. Justo cuando Eros llegó a matarla, la vio y se enamoró por completo.

—Me encanta.—sonreí dándole un beso a Tommy en la mejilla.

—Eres Venus, entonces Tommy sería Cupido y Eros es el equivalente a Cupido en la mitología griega...ves como todo se conecta.

—Y tú serías Zeus.—me miró con suficiencia pero negué rápido porque no lo decía para que se alegrara.—No...no fue un cumplido, amor.—Esa última palabra se me escapó de repente, Luke no dijo nada, sólo sonrió.

𝐶𝑜𝑛𝑓𝑒𝑠𝑠𝑖𝑜𝑛𝑠 𝑂𝑓 𝑀𝑦 𝐵𝑟𝑜𝑘𝑒𝑛 𝐻𝑒𝑎𝑟𝑡 | 𝙇. 𝙃𝙚𝙢𝙢𝙞𝙣𝙜𝙨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora