Follow you to hell

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Luke y Tommy llegaron juntos a la cocina mientras yo ayudaba a su abuela y a Paige con el desayuno. Ambos tenían la misma cara malhumorada que siempre ponían cuando acababan de despertarse.

Reí al verlos y Tommy estiró los brazos hacia mí para que lo cargara.

—¿Y esas caras?.—le pregunté a Luke y esta vez sonrió encogiendo los hombros.

—Ambos nos ponemos de mal humor cuando despertamos y no estás ahí.—beso mi mejilla.—Buenos días...—dijo con voz ronca y tomó un panecillo de la mesa para darle una enorme mordida.

—Buenos días.—sonreí y le besé la mejilla también. Él no dijo nada, sólo sonrió mientras miraba el panecillo y le dio un par de mordidas más regalándole la mitad a Tommy.

—Voy a ir a darme una ducha y a cambiarme para salir a dar una vuelta.—asentí sosteniéndole la mirada.

—Está bien...apresúrate para que comas con nosotros. —caminó de espaldas sin perder el contacto visual conmigo y antes de irse, me guiñó el ojo.

La abuela de Luke hizo un verdadero festín para desayunar y me parecía exagerada tanta comida hasta que vi a Luke y a su primo Tate comiendo. Fue muy gracioso ver a Tommy intentando comer tanto como su papá pero apenas y pudo terminarse el muffin.

La tía de Luke llegó con Noah un poco después y Tommy salió disparado a saludar a su nuevo compinche, ver cómo se abrazaban fue la cosa más tierna que vi en toda mi vida.

—Me recuerdan a ti y a Tate cuando estaban pequeños.—dijo su tía sentándose en la mesa saludándome con una sonrisa.

—Inseparables.—chocaron el puño y Paige bufó.

—Eran una molestia, se la pasaban haciendo estupideces.—Habló Paige mirándome a mi.—Se le ocurrían las cosas más absurdas cómo hacer guerra de huevos en el gallinero y se subían en los cerdos como si fuesen caballos para corretear por todo el corral.—puso cara de asco y reí mirando a los dos primos.

—Sólo estás celosa porque no te dejábamos jugar.—habló Tate mirando a Paige con suficiencia.

—No hubiese querido jugar con ustedes ni porque me ofrecieran un millón de dólares.

—Aburrida.

—Zopencos.

Su discusión siguió un rato más y yo no paraba de reírme con todas las cosas que se decían, cada vez que Paige nombraba algo asqueroso que hacían cuando eran pequeños ellos decían algo vergonzoso acerca de ella.

Era muy estimulante, me reí demasiado, sobre todo cuando la abuela participó en la conversación y dijo cosas más vergonzosas de los tres. Luego de eso me ofrecí a recoger la mesa y lavar los platos mientras Luke y Paige se llevaron a los niños para cuidar de los animales.

La abuela de Luke estaba distraída con su jardín junto a la tía y Tate y el abuelo salieron al pueblo a comprar algunas cosas. Amaba la paz que sentía en ese lugar, me encantaban las familias grandes. Era demasiado tonta con ese tipo de cosas y me sentí a gusto rodeada de gente tan increíble.

Creo que era la primera vez en toda mi vida que lavaba platos y era extraño, pero me gustaba, porque mientras lo hacía podía pensar al mismo tiempo que dejaba la loza rechinando de limpio.

—Mirate...toda una ama de casa.—dijo Luke entrando a la cocina y reí mientras le quitaba hasta la última mancha al plato que tenía en las manos.

—Me gusta esto, no me siento una completa inútil.

—Tú no eres una inútil, eres una mamá excelente y nunca lo hubiese imaginado.—lo miré y sonreí apretando los labios.—Es como ver a Paris Hilton criando a un bebé.

𝐶𝑜𝑛𝑓𝑒𝑠𝑠𝑖𝑜𝑛𝑠 𝑂𝑓 𝑀𝑦 𝐵𝑟𝑜𝑘𝑒𝑛 𝐻𝑒𝑎𝑟𝑡 | 𝙇. 𝙃𝙚𝙢𝙢𝙞𝙣𝙜𝙨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora