Where is Tommy?

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—¿Y Tommy?.—dijo mi madre en cuanto me vio entrar a la casa completamente sola.

—Está con su papá...—mi mamá abrió los ojos de par en par.

—Esto es el colmo, conmigo no quisiste dejarlo un día y a Luke se lo entregas todo un fin de semana.—negó cruzándose de brazos.

—Es diferente mamá, Luke es su padre.

—Y yo soy su abuelita.—elevó una ceja y continuó negando.—Me sorprende que siendo tú tan sobreprotectora con él se lo hayas dejado a Luke.

—Fue difícil no te creas...—bufé sentándome en el sofá.—El primer día estaba que me volvía loca, de hecho vine aquí para despejarme la mente y vienes a meterme cosas en la cabeza.

—Bueno.—suspiró acercándose hasta donde estaba para besarme en el cabello—¿Quieres café?.

—Vine a invitarte a beber café.—alcé mi cara para verla y sonreí.—Vamos a la ciudad a pasar una tarde de madre e hija y visitamos a Luna.

—Le digo que sí a todo lo que incluya subirme a tu lindo auto nuevo.— me eché a reír cuando la vi subiendo rápido las escaleras para buscar su bolso.

Ir de compras con mi mamá era la mejor de las terapias, siempre me hacía reír y me relajaba demasiado. También era una excusa para ir cambiado su guardarropa de a poco, el estilo de mi mamá era algo exagerado, animal print y colores brillantes.

Ni siquiera sé de dónde había heredado mi buen gusto, de lo único que estaba segura era que de mi madre no.

—Te queda lindo ese color, mamá.

—No lo sé...me veo sosa.—hizo una mueca mientras se veía en el espejo y negué riendo.

—Te ves hermosa, además los colores pasteles acentúan el bronceado...—no sabía de dónde había sacado eso pero funcionó porque a mi madre comenzó a gustarle la blusa.

—Está bien, me la llevo.—iba a entrar de nuevo al probador pero la detuve.

—Déjatela puesta, te juro que te queda preciosa.—me miró por unos segundos y suspiró cediendo.

Sí, punto para mí.

—¿Tú no vas a comprar más nada?, sólo llevas veinte bolsas.—dijo burlándose de mí y soltó una carcajada.—Hija,vi en la televisión que eso era un problema psicológico... compradores impulsivos.

Reí soltando una carcajada y tuve que cubrirme la boca con ambas manos porque las chicas de la tienda se me quedaron viendo.

—Comprador compulsivo, mami, se llama así.—mi madre se encogió de hombros y volví a reírme.—Y yo no tengo eso, sólo compro cuando no me siento bien y además la mitad de estas bolsas son tuyas.

—Vas a acabar tú solita con la fortuna de Mike.—negó fingiendo estar indignada pero yo sabía que sólo estaba bromeando.

Fuimos por unos cafés y de camino al departamento de mi hermana pasamos por su pastelería favorita para llevarle cupcakes y pastel de manzana que era su preferido.

Saludamos al portero de su edificio y subimos en el elevador hasta el octavo piso.

—¿Dónde está Tommy?.—preguntó mi hermana frunciendo el ceño al verme los brazos vacíos.

—Ya como que la gente no se alegra de verme, están conmigo sólo por Tommy y me voy a comenzar a ofender.—Luna se echó a reír y me abrazo fuertemente.

Saludó a mi mamá abrazándola por más rato y nos dejó pasar a su departamento.

Luna se había mudado a la ciudad hace un año con Ashton, para estar más cerca de la universidad. Ella estaba estudiando periodismo y Ashton arquitectura.

𝐶𝑜𝑛𝑓𝑒𝑠𝑠𝑖𝑜𝑛𝑠 𝑂𝑓 𝑀𝑦 𝐵𝑟𝑜𝑘𝑒𝑛 𝐻𝑒𝑎𝑟𝑡 | 𝙇. 𝙃𝙚𝙢𝙢𝙞𝙣𝙜𝙨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora