L.O.V.E

1K 64 15
                                    


"𝐿 𝑖𝑠 𝑓𝑜𝑟 𝑡𝘩𝑒 𝑤𝑎𝑦 𝑦𝑜𝑢 𝑙𝑜𝑜𝑘 𝑎𝑡 𝑚e

𝑂 𝑖𝑠 𝑓𝑜𝑟 𝑡𝘩𝑒 𝑜𝑛𝑙𝑦 𝑜𝑛𝑒 𝐼 𝑠𝑒𝑒

𝑉 𝑖𝑠 𝑣𝑒𝑟𝑦 𝑣𝑒𝑟𝑦 𝑒𝑥𝑡𝑟𝑎𝑜𝑟𝑑𝑖𝑛𝑎𝑟𝑦

 𝐸 𝑖𝑠 𝑒𝑣𝑒𝑛 𝑚𝑜𝑟𝑒 𝑡𝘩𝑎𝑛 𝑎𝑛𝑦𝑜𝑛𝑒 𝑡𝘩𝑎𝑡 𝑦𝑜𝑢 𝑎𝑑𝑜𝑟𝑒 𝑐𝑎𝑛  

𝐿𝑂𝑉𝐸 𝑖𝑠 𝑎𝑙𝑙 𝑡𝘩𝑎𝑡 𝐼 𝑐𝑎𝑛 𝑔𝑖𝑣𝑒 𝑡𝑜 𝑦𝑜𝑢❞ 




Estaba lastimando a Mike demasiado. Me sentía como la peor persona de este mundo, seguro la idea del viaje y de perdernos un tiempo era su ultimo intento por alejarme de Luke y recuperarme.

Lo único que hacíamos Luke y yo era lastimar personas, claro, después de lastimarnos a nosotros mismos. Siempre sentí culpa por la muerte de Leslie Michaels, era algo que me iba a atormentar de por vida, sin importar cuanto tiempo pasara.

Me sentía una asesina.

Ahora Michael era el que estaba pagando las consecuencias de mis actos, todos los eventos de esa mañana comenzaron a encajar en mi cabeza. Fue él quien tomó mi teléfono y no pudo revisarlo porque hace años que había cambiado las claves de acceso.

Suspiré por quitan vez mientras iba en el asiento trasero del taxi que había pedido. Fuí al departamento de Calum y le entregué las llaves del Corvette dándole instrucciones para que lo cuidara con su vida y pedí un taxi para llegar hasta la casa de Luke.

Él estaba afuera, puliendo su camioneta y al verme bajando del taxi, dejó lo que estaba haciendo y me sonrió.

—Dos horas tarde, como los viejos tiempos.—reí y me acerqué hasta él para abrazarlo con todas mis fuerzas.

—Te ves mucho mejor hoy.—sujeté sus mejillas para admirar su bello rostro.—Puedo jurar que hasta tienes las mejillas rozadas.

—Es que estaba sufriendo un ataque de abstinencia porque necesitaba mi dosis diaria de Venus Maxwell, por eso colapsé.—se inclinó hasta mi cara dejando un beso en mis labios.

—Ya veo.—asentí mirándolo divertida.—Se te nota.

—¿Te acuerdas cuando te decía que el sexo me ayudaba a reponerme?.—asentí riéndome.—En ese momento lo decía nada más para que me dejaras follarte pero me doy cuenta de que no mentía...cuando me siento mal tú eres la única que puede curarme y eso que sólo te tomo en pequeñas dosis.

—¿Me estás comparando con fármacos?.—alcé una de mis cejas.

—Te estoy hablando en serio Venus. Tu preciosa vagina es milagrosa, cuando me dejas entrar en ella es como si todos mis problemas desaparecieran, curarías cualquier mal, hasta el cáncer.

—¿Qué estás diciéndome Luke?, cállate.—le cubrí la boca con una mano para que dejara de hablar mientras me reía a carcajadas.

—Deberían canonizarte.—continuó hablando a pesar de que mi mano seguía en su boca.—Es que nada más pensar en tu hermosa flor me quita hasta la migraña.—me abrazó por la cintura atrayéndome hasta él y me plantó un beso delicioso al cual respondí gustosa.—Eres bendita, mujer.

𝐶𝑜𝑛𝑓𝑒𝑠𝑠𝑖𝑜𝑛𝑠 𝑂𝑓 𝑀𝑦 𝐵𝑟𝑜𝑘𝑒𝑛 𝐻𝑒𝑎𝑟𝑡 | 𝙇. 𝙃𝙚𝙢𝙢𝙞𝙣𝙜𝙨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora