Young girl don't cry

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Volvimos a casa y Mike fue el primero en recibirnos en la puerta abrazándonos a Tommy y a mi con todas sus fuerzas. Le dio besos a Tommy hasta cansarse y luego me besó a mi.

—Esto no me lo voy a perdonar nunca.—negó besando un lado de mi cabeza. 

—No te atormentes. Él está bien.—me separé de él sólo un poco para mirarlo y le sonreí.—No es tu culpa...

—Voy invertir en seguridad.—besó mi frente y rodeó mi cuello con su brazo.—Te haré caso.—dijo eso refiriéndose a Luke.—Te debo una, gracias por proteger a mi familia...

Me di la vuelta para obsérvalo y él estaba viéndome a mi, fijamente. Asintió con una sonrisa fingida y lo escuché suspirar.

—No me debes nada. Tommy es mi hijo.

—Pero igual te debo una...por lo que dijiste hace rato, de que metiste las manos al fuego por mi.—soltó una pequeña risita y apretó los labios guardándose las manos en los bolsillos.

—Somos hermanos, ¿No?.—miré a Michael y estaba sonriendo.

—Lo somos.—asintió y subió su puño para chocarlo con el de Luke.

Por un momento creí que Luke no le iba responder el gesto, cuando lo hizo, chocando su puño con el de Mike, me pareció una escena demasiado preciosa porque jamas creí que iba a presenciar aquello.

Luke volvió a mirarme y le sonreí también.

Estaba orgullosa, de él, de su madurez y del hombre tan maravilloso en el que se había convertido. No era ni la sombra del chiquillo arrogante que acompañaba mis desilusiones y sólo me hacia llorar.

—Me voy.—miró a Tommy que seguía en mis brazos y se acercó para darle un beso.— Te amo...—lo dijo muy bajito pero logré escucharlo y me pareció muy tierno.

Tommy alzó su carita para verlo y estiró los brazos hacia él para que lo cargara. Luke lo cargó y le dió un par de besos en la cara sonriéndole.

—Practica lo que te enseñé...—mi bebé asintió rascándose la nariz.

—No tengas miedo, no dejes que el miedo gane.—repitió Tommy hablando más claro que nunca y quedé sorprendida.

—H force.—puso su puño y Tommy chocó el suyo con el de Luke.

Me lo entregó de nuevo y Tommy se despidió de él con la mano mientras lo observábamos alejarse. Me miró por ultima vez antes de subirse a su camioneta y también lo despedí con la mano. Me regaló una de sus perfectas sonrisas y subió por fin a su camioneta.

Lo vimos irse hasta que se perdió en la lejanía y Tommy volvió a ocultarse en mi cuello.

.....

Esa noche se me hizo casi imposible dormir.

Tommy seguía conmocionado y no habló más en toda la noche, tampoco quería despegarse de mis brazos y tuve que cargarlo todo el rato hasta que se quedó dormido.

Yo también estaba devastada pero no podía darme el lujo de echarme a llorar y lamentarme porque necesitaba ser fuerte por él. No puedo ni imaginar lo asustado que estuvo y pensar en eso me tenía contra el piso.

Juré que no iba a apartarme de su lado nunca más.

Lo dejé en su cama luego de asegurarme de que estuviera profundamente dormido y sentí un alivio enorme, los brazos me dolían por todo el tiempo que estuve cargándolo. Por nada del mundo quería alejarse de mi, ni siquiera con Mike quiso irse y cuando lo intenté dejar sobre la cama para descansar los brazos se puso a llorar desconsoladamente.

𝐶𝑜𝑛𝑓𝑒𝑠𝑠𝑖𝑜𝑛𝑠 𝑂𝑓 𝑀𝑦 𝐵𝑟𝑜𝑘𝑒𝑛 𝐻𝑒𝑎𝑟𝑡 | 𝙇. 𝙃𝙚𝙢𝙢𝙞𝙣𝙜𝙨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora