Cuando finalmente dejaron la zona de tiros, los caddies se quedaron rezagados respecto a los golfistas, que estaban hablando sobre su próximo partido. Ella pilló los trozos de conversación suficientes para comprender que iban a jugar un partido de equipos llamado "Mejor bola", en el que Justin y Dallie serían un equipo contra Kenny y Spencer Skipjack.
Al final de cada hoyo, el jugador que tenía menos golpes en cada hoyo ganaría un punto para su equipo. El equipo con más puntos al final, ganaba el partido.
—¿Qué os parece apostar veinte dólares para mantener el partido interesante? —dijo Kenny.
—Mierda, chicos —, respondió Skipjack, —yo y mis amigos nos apostamos mil dólares cada sábado.
—Va contra nuestra religión —, dijo Dallie arrastrando las palabras. —Somos baptistas.
Eso era dudoso, ya que la boda de Justin había sido en una iglesia presbiteriana y Kenny Traveler era católico.
Cuando llegaron al primer tee, Justin se acercó a ella y extendió la mano, con sus ojos echando veneno. —Driver.
—Desde que tenía dieciséis—, respondió. —¿Tú?
Llegó junto a ella, quitó una de las fundas y sacó el palo más largo.
Skipjack tiró primero. Mark le susurró que los otros jugadores tendrían que darle un total de siete golpes de ventaja para ser justos. Su tiro parecía impresionante, pero nadie dijo nada, por lo que no debía haber sido así. Kenny fue el siguiente, luego Justin.
Incluso ella podía ver la gracia y la fuerza en su swing pero cuando llegó la hora de la verdad, algo salió mal. Justo cuando iba a golpear, perdió el equilibrio y mandó la pelota a la izquierda.
Todos se giraron a mirarla. Justin ofreció a su público la sonrisa de Jesús, pero el fuego del infierno ardía en sus ojos. —Meg, si no te importa...
—¿Qué hice?
Mark rápidamente la llevo a parte y le explicó que permitir que un par de palos de golf choquen durante el swing de un jugador era el mayor repugnante crimen contra la humanidad. Como si contaminar los arroyos y joder los humedales no contara.
Después Justin hizo todo lo posible para quedarse a solas con ella, pero se las arregló para evitarlo hasta el tercer hoyo cuando una mierda de drive lo envió a una trampa de arena: bunker lo llamaban ellos. Toda la rutina servil de llevar su bolsa y tener que llamarlo "señor", que hasta ahora había evitado hacer, la llevó a tener que golpear primero.
—Nada de esto habría ocurrido si no hubieras conseguido que me despidieran del hotel.
Tuvo la audacia de parecer indignado. —No conseguí que te despidieran. Fue Larry Stellman. Lo despertaste de su siesta dos días seguidos.
—Esos quinientos dólares que me ofreciste están en el bolsillo superior de tu bolsa. Esperaré alguno de ellos como una propina muy generosa.
Él apretó la mandíbula. —¿Te haces una idea de lo importante que es hoy?
—Estaba escuchando a escondidas tu conversación de anoche, ¿recuerdas? Así que sé exactamente lo qué está en juego y cuánto quieres impresionar a tu invitado pez gordo hoy.
—Y a pesar de eso estás aquí.
—Sí, bueno, esto es un desastre del que no me puedes culpar. Aunque puedo ver que lo vas a hacer.
—No sé cómo te las arreglaste para convertirte en caddie, pero si piensas por un minuto...
—Escucha, Justin —. Ella golpeó con su mano el borde de la bolsa. —No estaba obligada a esto. Odio el golf, y no tengo ni idea de lo que estoy haciendo. Ninguna en absoluto, ¿lo pillas? Así que te sugiero seriamente que intentes no ponerme más nerviosa de lo que ya estoy —. Ella dio un paso atrás. —Ahora deja de hablar y golpea la maldita bola. Y esta vez agradecería que la golpeases bien para no tener que seguir caminando por todo el campo detrás de ti.
Él le dirigió una mirada asesina totalmente fuera de lugar con su reputación de santo y tiró de un palo de la bolsa, demostrando que era perfectamente capaz de encargarse de su propio equipo. —Tan pronto como esto acabe tú y yo vamos a tener nuestro juicio final —. Golpeó la pelota con un swing enorme y lleno de furia que hizo volar arena. El tiro saltó diez metros por delante del green, rodó por la ladera hasta al banderín, se suspendió por el borde del agujero y entró.
—Impresionante —, dijo ella. —No sabía que fuera una buena entrenadora de golf.
Tiró el palo a sus pies y se alejó cuando los otros jugadores lo felicitaron por cruzar la calle.
—¿Qué tal si me pasas algo de esa suerte? —el acento tejano de Skipjack no podía ser real ya que él era de Indiana, pero él era claramente un hombre al que le gustaba ser parte del grupo.
En el siguiente green, ella era el caddie más cercano a la bandera. Mientras Justin alineaba su putt, Mark le hizo una sutil señal. Ella ya había aprendido la lección de no hacer movimientos bruscos, así que aunque todo el mundo empezó a gritar, esperó hasta que la bola de Justin golpeó la bandera y entró antes de quitar la bandera del agujero.
Dallie gimió. Kenny sonrió. Justin bajó la cabeza y Spencer Skipjack se jactó. —Parece que tu caddie te sacó de este hoyo, Justin.
Meg olvidó que se suponía que debía estar en silencio, al igual que ser eficiente, alegre y servil. —¿Qué hice?
Mark se puso pálido desde la frente hasta el logo de su polo. —Siento mucho eso, señor Beaudine —. Él se dirigió a ella con adusta paciencia. —No puedes dejar que la bola golpeé la bandera. Es una penalización.
—¿Los jugadores son penalizados por un error del caddie? —dijo. —Eso es una estupidez. La bola habría entrado de todas formas.
—No te sientas mal, cariño —, dijo alegremente Skipjack. —Le podía haber ocurrido a cualquiera —. Debido a su handicap, Skipjack conseguía un golpe extra y no intentó contener su alegría después de que todos acabasen. —Parece que mi birdie nos hace ganar el hoyo, compañero —. Le dio una palmada en la espalda a Kenny. —Me recuerda a la vez que jugué con Bill Murray y Ray Romano en Cypress Point. Hablando de personajes...
Justin y Dallie estaban ahora un hoyo por debajo, pero Justin puso su cara de bueno cara al público, algo nada extraño. —Nos repondremos en el siguiente hoyo —. La mirada feroz que sólo dirigió a ella, le envió un mensaje que no tuvo problemas en interpretar.
—Este es un juego ridículo —, murmuró ella algo más de veinte minutos después de volver a dejar a Justin fuera de competición por violar otra ridícula regla.
Intentando ser una buena caddie, había cogido la bola de Justin para quitarle la suciedad, sólo para descubrir que no estaba permitido hacer eso hasta que estaba en el green y contabilizada. Como si tuviera algún sentido.
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Llamame Irresitible
Teen FictionMeg Koranda es la mejor amiga de Lucy Jorik, que está a punto de casarse con Justin Beudine. Justin es la clase de hombre por quien toda mujer suspira, al que todo los padres adora y cuya vida quisiera tener cualquier hombre. Es el tipo perfecto par...