Pero Lucy respondió. —¿Meg? ¿Qué pasa?
Se dejó caer en el linóleo y apoyó su espina dorsal contra la puerta del frigorífico. —Hey, Luce. Espero no haberte despertado —. Despegó un Cheerio que se le había caído esa mañana, o posiblemente la pasada semana, y lo hizo migas con sus dedos. —Así que, ¿cómo te va?
—Es la una de la mañana. ¿Cómo crees que me va?
—¿En serio? Aquí sólo es medianoche, pero como no tengo ni idea donde estás, es un poco difícil calcular las diferencias horarias.
Meg lamentó su irascibilidad cuando Lucy suspiró. —No será mucho más tiempo. Yo... te lo diré tan pronto como pueda. Ahora mismo todo es un poco... confuso. ¿Va algo mal? Suenas preocupada.
—Está bien, algo va mal —. No había una forma fácil de decir esto. —¿Qué pensarías... —Apretó más sus rodillas contra el pecho y respiró hondo. —¿Qué pensarías si me liara con Justin?
Hubo un largo silencio. —¿Liarse? ¿Cómo...?
—Sí.
—¿Con Justin?
—Tú ex prometido.
—Sé quién es. Tú y Justin sois... ¿pareja?
—¡No! —Meg dejó caer las rodillas al suelo. —No, no una pareja. Nunca. Esto se trata sólo de sexo. Y olvídalo. Ahora mismo no estoy pensando claramente. Nunca debería haber llamado. Dios, ¿en qué estaba pensando? Esto es una completa traición a nuestra amistad. No debería haber...
—¡No! No, me alegro que llamaras —. En realidad Lucy sonaba emocionada. —Oh, Meg, esto es perfecto. Toda mujer debería hacer el amor con Justin Beaudine.
—Eso no lo sé, pero... —Volvió a subir las rodillas. —¿En serio? ¿No te importaría?
—¿Estás bromeando? —Lucy sonaba casi atolondrada. —¿No sabes lo culpable que todavía me siento? Si se acuesta contigo... Eres mi mejor amiga. ¡Se estaría acostando con mi mejor amiga! ¡Sería como conseguir la absolución del Papa!
—No tienes que parecer tan destrozada.
La puerta se abrió. Meg se apresuró a bajar las rodillas mientras él entraba. —Saluda a Lucy de mi parte —, dijo él.
—No soy tu chico de los recados —, replicó ella.
—¿Está ahí ahora mismo? —preguntó Lucy.
—Eso sería un sí —, respondió Meg.
—Entonces salúdalo de mi parte —. La voz de Lucy se volvió más suave, llena de culpa. —Y dile que lo siento.
Meg puso la mano sobre el teléfono y lo miró. —Dice que se lo está pasando como nunca en su vida, que se lo está montando con cada hombre que conoce y que deshacerte de ti fue lo mejor que ha hecho nunca.
—Escuché eso —, dijo Lucy. —Y sabrá que estás mintiendo. Sabe esas cosas.
Justin puso la palma de su mano contra uno de los muebles superiores y le dirigió una mirada de superioridad. —Mentirosa.
Ella le frunció el ceño. —Vete. Me estás poniendo la carne de gallina.
Lucy contuvo la respiración. —¿Acabas de decirle a Justin Beuadine que te está poniendo la carne de gallina?
—Podría decirse que sí.
Lucy dejó escapar una larga exhalación. —Wow... —Sonó un poco aturdida. —Te aseguro que esto no lo vi venir.
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Llamame Irresitible
Teen FictionMeg Koranda es la mejor amiga de Lucy Jorik, que está a punto de casarse con Justin Beudine. Justin es la clase de hombre por quien toda mujer suspira, al que todo los padres adora y cuya vida quisiera tener cualquier hombre. Es el tipo perfecto par...