Capitulo 26

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—¿Qué se supone que tenía que hacer? —replicó ella. —¿Volar a las Vegas con él? ¿Y desde cuando "prostituirse" llego a ser parte de tu descripción de trabajo?

—No habría llegado tan lejos. Todo lo que tenías que hacer era ser agradable.

—¿Por qué debería serlo? Odio este pueblo, ¿recuerdas? Y no me importa si tu estúpido resort de golf se construye. No quiero que se construya.

—Entonces, ¿por qué has llegado tan lejos con esto?

—Porque soy una vendida. Para poner comida en mi estómago.

—¿Es la única razón?

—No lo sé... Parecía lo correcto. Dios sabe por qué. Contrariamente a la opinión popular, no soy la bruja malvada que todo el mundo ha hecho creer que soy. Pero eso no significa que esté dispuesta a convertirme en una prostituta por el bien de todos vosotros.

—Nunca dije que fueras mala —. En realidad parecía que tenía el nervio dañado.

—Sabes que él sólo está interesado en mí por mi padre —, dijo entre dientes. —Es un pequeño hombre con un gran ego. Estando alrededor de gente famosa, incluso de personas de segunda fila como yo, se siente importante. Si no fuera por mis padres, no me miraría ni dos veces.

—No estaría tan seguro de eso.

—Vamos, Justin. No soy exactamente el tipo de mujer florero de un hombre rico.

—Eso es verdad —. Un mundo de compasión suavizó su voz. —Las mujeres floreros son generalmente mujeres de buen corazón que son agradables.

—Estoy segura que hablas por experiencia. Por cierto, puedes ser el Dios Todopoderoso en el campo de golf, pero eres un pésimo bailarín. Déjame conducir a mí.

Él perdió el paso, entonces la miró de una forma extraña como si ella finalmente hubiera logrado sorprenderlo, aunque no se podía imaginar por qué, y relanzó su ataque. —Tengo una idea. ¿Por qué no viajáis a las Vegas tu amante y tú con Spence? Estoy segura que vosotros dos podrías hacer que se lo pase muy bien.

—Eso en realidad te molesta, ¿no?

—¿El hecho de ponerle los cuernos a Lucy? Oh, sí. Ahora mismo ella está devorada por la culpa. Y no pienses ni por un segundo que no le voy a contar todos los sórdidos detalles tus actividades extracurriculares tan pronto como tengamos la oportunidad de mantener una larga conversación.

—Dudo que te crea.

—No entiendo ni siquiera por qué le propusiste matrimonio.

—No estar casados estaba empezando a retenerme —, dijo él. —Estaba listo para pasar a la siguiente etapa de mi vida, y necesitaba una esposa para eso. Alguien espectacular. La hija de la presidenta se ajustaba a la perfección.

—¿Alguna vez la amaste? ¿Aunque sea un poco?

—¿Estás loca? Era una farsa desde el principio.

Algo le dijo a ella que él estaba corriendo una cortina de humo, pero la cosa de estar leyendo mentes que ella había estado haciendo toda la noche le falló. —Debe ser difícil ser tú —, dijo ella. —El señor Perfecto por fuera. Mister Malvado por dentro.

—No es tan duro. El resto del mundo no es tan perspicaz como tú.

Su sencilla sonrisa se deslizó sobre ella y un pequeño ¡zas!, casi imperceptible, tan pequeño que apenas lo notó, pero aún así existió, golpeó sus terminaciones nerviosas. No todas. Sólo un par de ellas. Las localizadas en algún lugar al sur de su ombligo.

Llamame IrresitibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora