Kenny, Torie y Spence se acercaron para leer por encima de su hombro. Spence miró a Meg de forma especulativa. Kenny sacudió la cabeza. —Esta es la gran idea de Shelby. La escuché hablando de ello con Lady E., pero nunca pensé que llegarían tan lejos.
Torie dejó escapar un grito. —Yo definitivamente voy a hacer una oferta. No me importa lo que diga Dex.
Kenny arqueó una de sus cejas oscuras. —Te aseguro que Lady E. no hará ninguna oferta.
—Eso es lo que tú te crees —, replicó su hermana. Ella le pasó el panfleto a Meg. —Echa un vistazo a esto. Lástima que seas pobre.
El panfleto estaba simplemente impreso en letras negras mayúsculas:
GANA UN FIN DE SEMANA CON JUSTIN BEAUDINE
Únete al soltero favorito de Wynette
en un romántico fin de semana en San Francisco.
Turismo, gastronomía,
un romántico paseo nocturno en barco,
y más. Mucho más...
Señoras, hagan sus ofertas.
(mínimo $100.00)
¡Casadas! ¡Solteras! ¡Mayores! ¡Jóvenes!
Todas son bienvenidas.
El fin de semana puede ser tan amigable (o íntimo) como tú quieras.
www.weekendwithJustin.com
Todas las ganancias serán destinadas
a la reconstrucción de la Biblioteca Pública de Wynette.
Justin le arrebató el panfleto, lo estudió y luego lo arrugó en su puño. —¡De todas las estupideces, tonterías...!
Meg le dio un golpecito en el hombro y le susurró, —Me compraría ropa nueva si fuera tú.
Torie echó hacia atrás la cabeza y se echó a reír. —¡Me encanta este pueblo!
En el camino a casa desde el trabajo esa noche, Meg pasó por la tienda de segunda mano del pueblo. Le encantaban las buenas tiendas de vintage y decidió detenerse. Otro panfleto rojo colgaba de la ventada anunciando la subasta Gana un Fin de Semana con Justin Beaudine. Abrió la pesada puerta de madera antigua.
El interior de un amarillo vivo olía débilmente a moho, de la forma que lo hacían las tiendas de segunda mano, pero la mercancía estaba bien organizada, con antiguas mesas y baúles haciendo a la vez de mostradores y divisores de sección. Meg reconoció a la dependienta como la amiga de Birdie, Kayla, la rubia que había estado atendiendo en la recepción del hotel el día de la humillación de Meg.
El vestido sin mangas rosa y gris camuflaje de Kayla definitivamente no era de segunda mano. Lo llevaba con tacones de aguja y una serie de brazaletes de bolas esmaltadas en negro. A pesar de que era casi la hora de cerrar, su maquillaje estaba impecable: delineador de ojos, colorete, pintalabios moka, la personificación de una reina de la belleza de Texas. No pretendió no saber quién era Meg, y como todos los demás en este estúpido pueblo, no tenía sentido del tacto. —Escuché que Spencer Skipjack siente algo por ti —, dijo mientras se alejaba de la estantería de las joyas.
—No siento nada por él —. Una rápida mirada a la mercancía reveló aburrida ropa deportiva de muy buen gusto, trajes color pastel para ir a la iglesia y sudaderas de abuela decoradas con calabazas de Halloween y dibujos animados, todo difícil de relacionar con esta criatura con estilo. —Eso no significa que no puedas ser agradable con él —, dijo Kayla.
ESTÁS LEYENDO
Llamame Irresitible
Teen FictionMeg Koranda es la mejor amiga de Lucy Jorik, que está a punto de casarse con Justin Beudine. Justin es la clase de hombre por quien toda mujer suspira, al que todo los padres adora y cuya vida quisiera tener cualquier hombre. Es el tipo perfecto par...