Capitulo 32

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Exactamente en ese momento, Torie vino a unirse a ellos. Estaba sorprendentemente hermosa con una camisa roja bordada de estilo chino sin mangas y una minifalda azul cobalto que mostraba sus largas piernas bronceadas. ¿Cómo una mujer como ésta podía estar casada con un hombre tranquilo y con apariencia de académico?

Torie enganchó una mano en el codo de su marido. —Ves, Dex. Ahora que has conocido a Meg puedes ver que no es la bruja que todo el mundo dice que es. Al menos yo no lo creo.

Dex miró a su mujer con una sonrisa tolerante y a Meg con una de simpatía. —Tendrás que perdonar a Torie. Lo que le viene a la cabeza sale por su boca. No puede evitarlo. Es un caso perdido.

Torie sonrió y miró al cerebrito de su marido con tanto afecto que Meg sintió un repentino nudo en la garganta. —No entiendo por qué crees que eso es un problema, Dex.

Él le acarició la mano. —Sé que no lo haces.

Meg se dio cuenta que su primera impresión de Dexter O'Connor como un ingenuo cerebrito podría no ser correcta. Era tranquilo, pero no era ningún tonto.

Torie quitó la mano del brazo de su marido y agarró la muñeca de Meg. —Me estoy aburriendo. Es hora de presentarte a algunas personas. Eso seguro animará las cosas.

—Realmente no creo...

Pero Torie ya estaba empujándola hacia la mujer de Kenny Traveler, quién había optado por un vestido recto sin mangas de color mandarina con encaje en el dobladillo. El cálido color acentuaba sus ojos marrones y sus rizos de mantequilla.

—Lady Emma, no creo que conozcas oficialmente a Meg Koranda —, dijo Torie. Y luego le dijo a Meg, —Para que lo sepas... una de las amigas más cercanas de Lady Emma es la madre de Justin, Francesca. Mía también, pero yo soy más abierta de mente. Lady Emma odia tus tripas más o meno como todo el mundo.

La esposa de Kenny no movió ni una pestaña ante la contundencia de Torie. —Ha causado a Francesca un gran dolor —, le dijo a Meg con la sobriedad del recortado acento británico. —Aunque no conozco todas las circunstancias, "odiar" es una palabra demasiado fuerte, pero Torie se enorgullece de crear drama.

—¿No te encanta su forma que habla? —Torie miró a la pequeña mujer con una sonrisa brillante. —Lady Emma es una fanática de la justicia.

Meg decidió que era hora de dar a estas mujeres, tan contundentes al hablar, una pequeña dosis de su propia medicina. —Si ser justo conmigo es demasiado problema, Lady Emma, le doy permiso para dejar a un lado sus principios.

Ella ni siquiera parpadeó. —Sólo Emma —, dijo ella. —No tengo título, meramente honorífico, como todo el mundo aquí sabe muy bien.

Torie le dirigió una mirada tolerante. —Digámoslo de esta forma. Si mi padre fuera el quinto conde de Woodbourne como lo fue el tuyo, tan seguro como el infierno que me llamarían Lady.

—Como has dejado muy claro —. De nuevo centró su atención en Meg. —Tengo entendido que el señor Skipjack tiene interés en usted. ¿Puedo preguntarle si tiene intención de usar eso contra nosotros?

—Oh, estoy tentada —, dijo Meg.

Justin salió al patio con Spence y Sunny. Llevaba un par de aburridos pantalones cortos y una camiseta igual de aburrida con un logo de la Cámara de Comercio en el pecho. Predeciblemente, un rayo de sol eligió ese instante para atravesar los árboles y caer sobre él, haciendo que pareciera que había entrado rodeado de luces brillantes. Debería estar avergonzado.

Haley se tomó su trabajo como asistente personal muy enserio. Abandonó al anciano que iba a coger una de las costillas de búfalo de su bandeja y corrió al lado de Justin para servirle.

Llamame IrresitibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora