Cuando salió del coche, un par de pájaros escribanos de color índigo encaramados en las ramas de los saúcos de Bursa empezaron una alegra canción. Negó con la cabeza con incredulidad.
Él llevaba una gorra de béisbol y unas de sus habituales bermudas, de las que parecía haber una cantidad interminable en su armario, éstas eran unos chinos, y una igualmente habitual camiseta verde con estampado hawaiano. ¿Cómo se las arreglaba para que cualquier pedazo de mierda que eligiera al azar por la mañana le quedara como algo de alta costura?
Recordó lo que paso la noche anterior, todos aquellos gemidos vergonzosos y demandas humillantes. Para compensarlo, le soltó. —Si no estás planeando desnudarte, estás muerto para mí.
—Vosotras, las mujeres californianas, sois demasiado condenadamente agresivas —. Hizo un gesto hacia el cementerio. —Mando a un equipo de mantenimiento aquí una vez al mes para que lo limpie. No tienes que hacerlo.
—Me gusta estar al aire libre.
—Para ser una mocosa mimada de Hollywood, tienes algunas formas inusuales de entretenerte.
—Es mejor que llevar tu bolsa —. Ella se quitó su gorra de béisbol y se secó el sudor de su frente con el dorso de su sucio brazo. Sus rebeldes rizos cayeron sobre sus ojos y se pegaron en la parte de atrás de su cuello. Necesitaba un corte de pelo, pero no quería gastarse dinero. —No
voy a ir al Roustabout contigo el viernes. Demasiados Skipjacks —. Se volvió a poner la gorra. —Además, contra menos tiempo pasemos juntos en público, mucho mejor.
—Nunca dije que ellos fueran a ir.
—Tampoco dijiste que no irían, y he tenido más que suficiente de ambos —. Tenía calor, estaba de mal humor y determinada a ser desagradable. —Sé honesto, Justin. Todo esto del resort de golf... ¿En realidad quieres dejara que los Skipjacks arruinen otro área natural sólo para que más idiotas puedan dar golpes a una estúpida pelota blanca? Ya tienen el club de campo. ¿No es suficiente? Sé de los beneficios a la economía local, pero ¿no crees que alguien, quizás el alcalde, debería pensar en el impacto a largo plazo?
—Estás siendo un verdadero dolor en el culo.
—¿En lugar de ser un besador de culos?
Lo había enfadado de verdad y se encaminó hacia su camioneta. Pero en lugar de arrancar precipitadamente, le abrió la puerta del pasajero. — Entra.
—No estoy exactamente vestida para salir.
—La única persona que te verá seré yo, lo que es algo bueno, porque te ves como el infierno y supongo que hueles peor.
Estaba contenta de que él se hubiera dado cuente. —¿Tu camioneta tiene aire acondicionado?
—Descúbrelo tú misma.
Ella no iba a dejar pasar una salida misteriosa para quedarse arrancando malas hierbas. Sin embargo, se tomó su tiempo para llegar a la camioneta. Mientras subía, observó que faltaban algunos indicadores, algunos controles de aspecto extraño y un par de placas con circuitos montadas en lo que había sido la guantera.
—No toques esos cables —, le dijo mientras se colocaba detrás del volante, —a menos que quieras electrocutarte.
Naturalmente, ella los tocó, lo que lo puso de mal humor. —Podría haber estado diciendo la verdad —, dijo él. —No lo sabías a ciencia cierta.
—Me gusta vivir al límite. Es algo de California. Además, me he dado cuenta que "la verdad" es una palabra flexible por aquí —. Mientras él cerraba la puerta, ella apuntó con una uña sucia hacia una serie de ruletas cerca del volante. —¿Qué es eso?
—Controles para el sistema de aire acondicionado por energía solar que no funciona como quiero.
—Genial —, se quejó. —Es simplemente genial —. Mientras se alejaban de la iglesia, inspeccionó una pequeña pantalla colocada entre los dos asientos. —¿Qué es esto?
—El prototipo de un nuevo tipo de sistema de navegación. Tampoco funciona bien, así que mantén tus zarpas lejos de él.
—¿Hay algo en esta camioneta que funcione?
—Estoy muy contento con mi último motor de hidrógeno.
—Aire acondicionado de energía solar, sistema de navegación, motores de hidrógeno... Seguro que has ganado tu friki lazo azul.
—Estás celosa de la gente productiva.
—Sólo porque soy una mortal y, por lo tanto, estoy sujeta a las emociones humanas. No importa. No entenderías lo que significa.
Él sonrió y giró para entrar a la carretera.
Tenía razón. El sistema solar de aire acondicionado no funcionaba muy bien, pero lo hacia lo suficientemente bien como para mantener la cabina de la camioneta más fresca que las abrasadoras temperaturas del exterior. Condujeron a lo largo del río unos cuantos kilómetros sin hablar. Un viñedo dio paso a un campo de lavanda. Ella trató de no pensar en el modo que le había permitido convertirla en un revoltijo pegajoso con la necesidad de gemir.
Él torció a la izquierda, por una estrecha carretera pavimentada con asfalto desgastado. Tras pasar unos matorrales y rodear un risco de roca caliza se encontraron ante un paisaje en el que se extendía una gran colina baja sin árboles que se elevaba artificialmente unos diez pisos más que la zona de alrededor. Apagó el motor y salió de la camioneta. Ella le siguió. —¿Qué es esto? No parece natural.
Él se metió los pulgares en los bolsillos traseros. —Deberías haberlo visto hace cinco años antes de que se cargaran.
—¿Qué quieres decir con "cargaran"?
Él señaló con la cabeza hacia un cartel oxidado que ella no había visto.
Estaba colgado torcido entre un conjunto de postes metálicos no muy lejos de unos neumáticos abandonados. Centro de Tratamiento de Residuos Sólidos Indian Grass. Ella miró las malas hierbas y los matorrales.
—¿Este es el verJustinero de la ciudad?
—También conocida como el área virgen natural por la que estás tan preocupada que le afecte el desarrollo. Y no es un verJustinero. Es un centro de tratamiento.
—Es lo mismo.
—Para nada —. Empezó a dar una breve pero impresionante conferencia sobre utilización para la compactación de tierras, esteras geotextiles, sistema de recogida de lixiviados y todas las otras cosas que distinguen a los modernos centros de tratamientos de residuos de los antiguos verJustineros. No debería haber sido interesante, y probablemente no lo habría sido para la mayoría de gente, pero eso era el tipo de cosas que ella había estado estudiando cuando dejó la universidad en su último año. O quizás sólo quería ver las diferentes expresiones de su cara y la forma en que su pelo castaño se rizaba en el borde su gorra de béisbol.
Él hizo un gesto hacia el espacio abierto. —Durante décadas, el condado alquilaba estas tierras a la ciudad. Hace dos años el verJustinero llegó a su máximo de capacidad y tuvo que ser cerrado permanentemente. Eso nos provocó pérdidas de ingresos y unas veinte hectáreas de tierra degradada, además de otras cuarenta hectáreas de zona de protección. La tierra degradada, por si no todavía no te lo has imaginado, es una tierra que no sirve para nada.
—¿Excepto un campo de golf?
—O un resort de ski, lo que no es práctico en el centro de Texas. Si un campo de golf se hace de la forma correcta, puede ofrecer una gran cantidad de ventajas naturales como un santuario de vida salvaje. También ayudar a la conservación de las plantas nativas y mejorar la calidad del aire. Incluso puede regular la temperatura. Los campos de golf pueden ser algo más que idiotas persiguiendo bolas.
Debería haber sabido que alguien tan listo como Justin habría pensado en todo esto y se sintió un poco estúpida por haber sido tan creída.
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Llamame Irresitible
Teen FictionMeg Koranda es la mejor amiga de Lucy Jorik, que está a punto de casarse con Justin Beudine. Justin es la clase de hombre por quien toda mujer suspira, al que todo los padres adora y cuya vida quisiera tener cualquier hombre. Es el tipo perfecto par...