Meg vio a Justin al día siguiente en el club, pero estaba jugando con Spence y Sunny, así que él se mantuvo alejado de su carrito de bebidas. Cuando llegó a casa esa tarde, se encontró con un camión aparcado en frente de las escaleras esperándola. Diez minutos después, había despedido al camión con su carga intacta.
Entró en la calurosa iglesia sin airear. La gente seguía intentando darle cosas que no quería. Anoche Shelby había deslizado el cheque en su bolso, lo que obligó a Meg a romperlo. Y ahora esto. Por supuesto que necesitaba muebles, y cuando había visto el aire acondicionado portátil, casi había dejado de lado sus principios. Casi, pero no lo hizo.
Abrió las ventanas de la iglesia, lo que se había convertido en una afición, y se sirvió un vaso de té helado de la nevera. Ésta era la segunda vez en una semana que alguien había intentado pagarle por abandonar la ciudad. Si se permitiera pensar en ello, se deprimiría, y no quería estar deprimida. Quería estar enfadada. Después de una rápida ducha, se puso unos shorts, una camiseta de tirantes y unas par de sandalias de dedo y salió.
Unos pilares de piedra marcaban la entrada de la finca Beaudine. Pasó a través de un bosque de árboles de dura madera y cruzó un viejo puente de piedra antes de que el camino serpenteara en una serie de bifurcaciones. La casa principal era fácil de identificar, baja y amplia, construida
como una típica hacienda de Texas de piedra y estuco con ventanas con forma de arco y los marcos de las puertas de madera oscura. Detrás de un muro bajo, vislumbró una espaciosa piscina, una casa de la piscina, un patio, jardines y construcciones más pequeñas del mismo estilo que la hacienda, probablemente casa de invitados. Se dio cuenta que no era tanto un finca, sino un complejo y hacia cualquier sitio que mirase las vistas la dejaban sin respiración.
Cuando el camino circular la llevó al mismo sitio, eligió otro camino para encontrarse sólo un putting green y edificios de mantenimiento. Lo intentó de nuevo y dio con una pequeña piedra y un rancho de ladrillo con la furgoneta de Skeet Cooper visible en el interior del garaje abierto. No hay nada como tener a tu caddy cerca. El último camino la llevó cuesta arriba donde aparecía un paisaje rocoso. Y allí, una moderna estructura rectangular perfectamente equilibrada de estuco color crema, coronada por un tejado inclinado hacia el centro. Majestuosas vidrieras en la parte sur, a lo largo de las cuales unos salientes proporcionaban sombra a la parte interior. Incluso sin los pequeños y elegantes aerogeneradores montados en el tejado, habría sabido que era la casa de él. Era bonita, creativa, funcional y decía mucho sobre su dueño.
La puerta delantera se abrió antes de que ella pudiera llamar al timbre y apareció en frente de ella, descalzo, con una camiseta negra y unos pantalones de deporte grises. —¿Te gustó el tour?
O alguien lo había avisado o había cámaras de seguridad controlando la propiedad. Conociendo su amor por los aparatos, sospechaba que se trataba de lo último. —El poderoso gobernante del Reino Beaudine lo sabe todo.
—Hago lo que puedo —. Se apartó para permitir el paso.
La casa era espaciosa y luminosa, decorada en tonos pálidos de gris y blanco, un refugio fresco y tranquilo para el castigador calor del verano y a las igualmente castigadoras exigencias de ser Justin Beaudine.
Los muebles eran bajos, cada pieza cuidadosamente seleccionada tanto por la comodidad como por su imponente belleza. La parte más sorprendente era una habitación rectangular acristalada suspendida sobre la habitación principal.
La casa era prácticamente un espacio monástico. Sin escultura de piedra en las esquinas; sin pinturas adornando las paredes. El arte se encontraba fuera, con la vista de las riveras rocosas del río, las colinas de granito y los distantes valles sombríos.
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Llamame Irresitible
Teen FictionMeg Koranda es la mejor amiga de Lucy Jorik, que está a punto de casarse con Justin Beudine. Justin es la clase de hombre por quien toda mujer suspira, al que todo los padres adora y cuya vida quisiera tener cualquier hombre. Es el tipo perfecto par...