Capítulo 5

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Gabriel.

-¿Señor?.—decía Céline Entrando a la oficina de Gabriel.

-¿Que ocurre?.—Le contestó él mientras revisaba la enorme pila de papeles desordenados en su escritorio.

-Eh la joven que me pidió investigar no tiene celular, pero pude conseguir el teléfono de su casa.—Sonrió ella.

-¿¡No tiene celular!?.—Preguntó él con una ceja arqueada.— ¿¡Qué clase de persona no cuenta con un celular en la actualidad!?.—Renegó molesto.—

¿¡Como es posible siquiera que me atraiga una mujer que ni siquiera tiene celular!? ¡Que bajo he caído!

—Se reprendió mentalmente.—

-¡Déjalo así!.—Le dijo molesto Gabriel.

-¿Ya no quiere que investigue?.—Le preguntó ella, aún con su sonrisa confidente.

-¡He dicho que no!.—Le dijo con un tono más elevado, se podía ver la molestia evidente de parte de él, ella le gustó desde que la vió, pero sentía que se estaba rebajando más de lo que debería por aquella joven desconocida, de pronto se había convertido en un capricho y eso no era bueno, nada bueno para su orgullo.

-Bien si me necesita para algo más, lo hare con gusto.—Dijo ella tratando de no reírse, por el obvio debate mental que sufría su jefe, ella lo conocía muy bien. después de todo fue la única amiga que él tuvo en su adolescencia.

Céline salió de la oficina, acercándose a su escritorio para terminar de organizar los papeles para la siguiente reunión de la compañía en donde su malhumorado jefe presentaría una propuesta para la apertura del nuevo centro de investigación experimental sobre nuevos fármacos; hasta que escucho la llamada entrante al teléfono, viendo que era una llamada de la otra extensión de la línea que conectaba la suya con la de su jefe.—¿Sí señor? ¿Se le ofrece algo?.—Preguntó ella.

-Céline investígala y ordénale que venga.—Cortó en ese instante, mientras ella no podía evitar sonreír.


Ya había pasado una semana y estaba fastidiada, no pudo encontrar ningún trabajo adecuado, ya sea porque el horario era demasiado extendido o porque era hasta altas horas de la noche, y los que se veían buenos, no parecían haberla visto con buenos ojos, ya que le dijeron que no se veía con mucha experiencia, suspiró cansada.

-¡A este paso terminaré por trabajar de cosplay!.—se dijo así misma con fingido llanto, mientras se deslizaba por el sillón de la sala, como si se sintiera derrotada.

-Deje mis referencias en varios lugares, ¡pero nadie me ha contactado!.—Dijo renegando en voz alta.

En ese momento escuchó el sonido del teléfono, se levantó rápidamente esperando que sea lo que ella esperaba.

-¿Diga?.—Preguntó emocionada.

-Con la señorita Rebecca Eneriz, por favor.—Le contesto una mujer.

-Si! Lo siento..Habla ella.—Dijo Rebecca nerviosa.

-Usted solicitó trabajo de dama por el turno de la tarde en la casa de té Ame Heiwa hace tres días ¿cierto? no había vacantes, pero una de nuestras damas renunció de improvisto. así que si usted aun lo desea, se le ha considerado para el trabajo.—Dijo la mujer con un tono amable.

Mi forma de amarte [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora