Capítulo 15

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Gabriel.

Vió su pequeño rostro contraerse y pudo identificar el miedo y la pena en ellos. realmente detestaba ese tipo de miradas aquella que le miraban con lastima, siempre había tenido que vivir con ese tipo de miradas a su alrededor.

-Primero comamos y luego llegamos a un acuerdo.—Dijo autoritario caminando hacia la planta baja donde pidió que les sirvieran el almuerzo, pero se detuvo al sentir que ella no lo seguía.

-¡Camina!.—Exigió con voz autoritaria, aún molesto con ella.

Caminó sin mirar atrás, pero escuchando sus suaves pasos que le seguían con desgana, vió la mesa preparada abajo y se dirigió a ella, tomó asiento y la ignoró aunque estaba muy presente de que Rebecca tomó asiento frente a él, la observó y ella tenía la mirada perdida. tenía deseos de ponerla en su lugar pero un mesero interrumpió el momento mientras les servía vino que pidió previamente, vió que aquel hombre la observaba detenidamente. en ese momento se dió cuenta de que algunos botones de la blusa de la Eneriz estaban abiertos dejando ver su escote, observó al mesero con severidad y él pareció darse cuenta y dejó de mirarla.

-¡Rebecca maldita sea acomódate la blusa!.—Le gritó y ella se sobresaltó y procedió a abrocharse la blusa correctamente, al instante el mesero pareció huir de ahí.

La observó con reproche ante su descuido y comienzo a comer, notó que ella no comía y solo estaba en una especie de trance.

-Come.—Dijo esperando, pero ella hizo una especie de puchero con la boca.

-No tengo hambre.—Respondió ella y Gabriel sintió su incomodidad, vió como estrujaba su blusa y movía su boca como si quisiera decirle algo pero no se atrevía.

-Me gusta verte comer, come.—Exigió nuevamente aplicando un tono de voz más severo para que Rebecca le hiciera caso, pero ella volvió a hacer un puchero ante la comida, que no le ayudaba en nada a mantener el porte frío ya que se veía terriblemente adorable.

Vió que despegaba su mirada del plato y lo observaba fijamente, sabía que planeaba decirle algo, así que se dispuso a oírla atentamente.

-¿Que quieres para dejar en paz a mi hermana?.—Preguntó al fin, parecía algo preocupada y ansiosa.

-Tú sabes lo que quiero.—Le respondió el Ifriqia cortante.

-No, realmente no sé lo que quieres, ¿quieres que duerma contigo?.—Preguntó y se veía cansada, sus mejillas estaban muy sonrojadas y se veía algo agitada.

Aunque le gustaba verla sonrojada y más aun después de lo que pasó en el piso superior, le fastidiaba verla tan derrotada. Era demasiado pronto para eso, apenas había comenzado con ella.

–Sí, se podría decir que esa es la base de nuestro acuerdo, pero no es tan sencillo.—Continuó mientras imaginaba todo lo que tenía planeado con ella.

-Verás Rebecca, por alguna extraña razón necesito tener tu cuerpo, pero es más que solo eso, es como una necesidad de consumirte por completo de absorber tu energía, no sé si me hago entender.—Dijo sincero, tratando de expresar lo mejor que podía lo que realmente deseaba de ella, aunque ni él mismo estaba tan seguro de la complejidad de los impulsos que le hacían necesitarla tanto.

Vió su cara de sorpresa y pudo ver como estrujaba con más fuerza su blusa.

– ¿¡Acaso eres un vampiro!?.—Le preguntó aterrada y Gabriel sonrió ante ello, estaba tan desconcertada y atrapada que lo encendió al instante, un impulso por tocarla nació en él, pero trató de tranquilizarse hasta que ella aceptará y pudiera tenerla con seguridad.

Mi forma de amarte [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora