Capítulo 27

1.9K 148 56
                                    

Rebecca.

Le dolía el cuerpo y trató de abrir sus ojos, sus párpados estaban pesados, cuando logró hacerlo estudió el lugar donde se encontraba, era la habitación de Gabriel, observó a su lado y no lo vió recostado, movió sus manos y notó que tenía una sonda conectada al brazo, Rebecca se sentó y se quitó aquel artefacto molesto, hasta que lo vió sentado en un sillón individual frente a ella. observándola como un depredador mientras en su mano sostenía un vaso de lo que creía era whisky.

-¿Gabriel?.—Preguntó La Eneriz, parecía ido y pensativo.

-Veo que estas despierta.—Su voz era más seria de lo normal, el sol no había salido aun pero ya se comenzaban a aparecer los primeros colores de la madrugada. Rebecca quitó las sabanas que cubrían su cuerpo, notando que solo lleva la camisa de Gabriel puesta. Se levantó notando satisfecha que se sentía mucho mejor que antes, su cuerpo ya no parecía tambalearse.

-¿Qué haces ahí?.—La Eneriz se acercó a él quedándose parada justo en frente del sillón. Gabriel tomó su mano entre las suyas y besó la palma de su mano, la tomó de la cintura y la hizo sentarse encima de él logrando recostarla sobre su pecho, parecía algo desconcertado y pensativo.

-¿Rebecca que sientes por mi?.—Su pregunta la descolocó, no estaba nada preparada para responderle, sabía que en algún momento tenía que confesarse pero aun tenía miedo.

Rebecca tragó duro y cerró sus ojos mientras escondía su cabeza en su cuello.

-Yo… te amo.—Decidió no pensarlo demasiado, era ahora o nunca.

Ella sintió el cuerpo tenso de Gabriel. Temió mucho su respuesta, solo lo abrazó, si esa iba a ser la última vez, entonces no tendría arrepentimientos.

-Se que no confías mucho en las personas. pero créeme cuando te digo que te amo, tal y como eres… aunque seas un neurótico, posesivo, exigente, gritón, arrogante… aun así te veo y me siento muy feliz, escucho tus quejas y exigencias. Y me divierto y reniego al mismo tiempo, siento tu control sobre mi y aunque sea raro me siento protegida, porque sé que cuando te necesite estarás ahí.

Gabriel no contesto, lo suponía. pero era más doloroso sentirlo, Rebecca se levantó de sus brazos hasta sentirlo detrás de ella.

-¿Crees que después de escucharte decir eso dejaría que te vayas?.—Sus palabras la impactaron, su corazón estaba acelerado, había una posibilidad…

-¿Vendrás conmigo al infierno ángel?.—Su pregunta era depresiva, el Ifriqia creía que era el mal encarnado, pero sin darse cuenta ahora era su vida.

La Eneriz acarició su rostro aun de espaldas a él, quería voltear a verlo de frente pero él la retenía fuertemente de las caderas, mientras ocultaba su rostro en su cuello.

-¡Contéstame Rebecca! ¿¡No te iras de mi lado!? ¿¡aunque veas lo peor de mi!? ¿¡Aunque sufras y te arrepientas permanecerás conmigo!?.—Sus preguntas solo le decían el odio que Gabriel sentía hacia sí mismo y la desconfianza sobre los demás.

-No te dejare.—Contestó ella, lo quería mucho, sentía su dolor. Rebecca deseaba que dejará esos sentimientos autodestructivos de lado, era demasiado soberbio de su parte creer que ella podría salvarlo de ese rencor, pero al menos estaría ahí para él. 

Mi pobre Gabriel abandonado.

Rebecca sintió sus labios en su cuello, sabía perfectamente que le estaba dejando aquellas marcas como le gustaba hacer, no se quejó. si eso lo hacía sentirse más seguro de que lo aceptaba como era, entonces que así fuera.

Mi forma de amarte [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora