Capítulo 24

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Capítulo dedicado a ButopiaC

Gabriel.

Cuando el Ifriqia la vió llorar algo en él se estrujó con fuerza, quiso creer que era su corazón 

pero ¿acaso tengo uno?

sus lágrimas bañaban todo el rostro de Rebecca y parecía temblar, se veía extremadamente pequeña y frágil. Su mirada, esa mirada de sentirse presa pero resignada, no podía tolerarlo.

Cuando sintió que Edward se acercaba hacia ella 

¡Antes que yo! ¡Maldita sea… antes que yo! 

Gabriel no pensó en otra cosa más que en desquitarse con su rostro nuevamente

¡Lo golpearía hasta cansarme!

 si no fuera por Edward, Gabriel aun estaría jugando con su ángel, disfrutando de ella, queriéndola…

Su sangre hervía en su interior dispuesto a desquitar toda la tensión en su antiguo "falso" amigo, hasta que sintió el cuerpo de La Eneriz, estaba temblando y lloraba como una niña, lo abrazó con tanta convicción, como si Gabriel  fuera la única cosa estable en su vida y por mas maldito que sonará, eso dejó complacido y satisfecho al Ifriqia. Al sentirse su único pilar, su muro, aquel de donde Rebecca pudiera sostenerse… el único… solo él.

Gabriel la abrazó con fuerza, dejando que se sostuviera completamente de él, aceptando el peso de su vida, su cuerpo, ella completa, suya. Mientras entre sus brazos observaba a Edward mientras la acariciaba con la intención de molestarlo y decirle que se fuera.

Edward lo observó por largos segundos con rabia contenida y luego miraba a Rebecca con culpa y remordimiento.

¡Si maldito mira lo que provocaste! ¡Hiciste que mi ángel llorara!

después de lanzar una maldición entre dientes, Edward salió de ahí molesto y Gabriel no pudo más que disfrutarlo, saborear el hecho de que le había quedado claro a quien le pertenecía la mujer entre sus brazos.

Cuando Rebecca pareció tranquilizarse el Ifriqia la tomó entre sus brazos y caminó con ella hacia su escritorio, se sentó en la silla colocándola gentilmente sobre él, mientras la reconfortaba. parecía una avecilla desampara, tan necesitada… y él se encargaría de darle todo.

Después de una breve conversación para romper la tensión y algunas caricias que se quedaron frustradas en el aire al ser interrumpidas por Céline, tuvo que dejarla ir con desgana, esperando ansioso el momento en el que la tendría de nuevo.

-Señor Gabriel… pero que sorpresa, no sabía que tenía novia.—Comentó Cassandra mientras se paseaba por la oficina como una mujer que sabía lo que provoca.

-Hm.—Contestó con desgana, a Gabriel no le interesaba en nada contar su vida íntima.— Normalmente se concerta una cita antes de una reunión.—Dijo sentándose relajado mientras la veía acercarse.

-¿Ahora que me tienes, ya no me ruegas? Que malvado.—Se burlo Cassandra.—Solo quería informarte de que ya escogí al personal del laboratorio, las instalaciones me parecen adecuadas… de hecho estoy muy complacida con ellas. Pero me niego ¡me niego rotundamente a que el supervisor sea el gigoló rubio!.—Exclamó con firmeza mientras se sentaba en la silla frente al escritorio cruzando sus largas piernas ajustadas entre una falda tubo amoldada a su cuerpo.

Mi forma de amarte [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora