Rebecca.
Sentía su cuerpo arder por los dedos de él que la recorrían sin pudor, sintió su lengua pasar por la parte de atrás de su espalda y un escalofrío la recorrió. quería negarse pero no podía, su voz no salía. pero esta vez no era por miedo, si no porque se sentía incapaz de articular palabra, en su mente solo vagaban las sensaciones. Las manos expertas de Gabriel desabrocharon su blusa con rapidez y acariciaron sinvergüenzamente sus senos por encima del sostén.
-Tienes hermosos senos.—Susurró él mientras una de sus enormes manos incursionaba por debajo de la íntima prenda, ese fué el momento electrizante en el que la razón le rebotó en la mente devolviéndola a la realidad. y como si fuera un gato asustado al que le habían lanzado agua se alejó de golpe de él, quedando a dos metros de distancia mirándolo fijamente con vergüenza y recelo, sintiéndose la mujer más estúpida y fácil del mundo.
-Debo irme. —Dijo furiosa consigo misma.
-¿Te gusto verdad?.—Preguntó Gabriel convencido de que ella sentía atracción hacia él.
- ¡Claro que no!.—Se defendió Rebecca, avergonzándose más por mentir de esa forma.
-Te gusto tanto que incluso no te das cuenta de la vista que le estas regalando a mis ojos.—Sonrió ladinamente, perdido entre la imagen del pecho desnudo de Rebecca.
Ella al darse cuenta de que tenía el sostén mal acomodado dando un espectáculo frente a la persona que la dejaba prácticamente sin defensas, procedió a cerrarse la blusa rápidamente y con torpeza para salir de ahí esperando no tener que volver a verlo nunca más.
-Esta vez no regresaré, espero no verte ni en un millón de años.—Dijo ella balbuceando mientras terminaba de acomodarse la ropa sin prestarle atención a la mirada seria que le dirigía Gabriel.
-He sido un hombre muy bueno y condescendiente contigo pero ¿sabes? estoy cansándome de este estúpido juego.—Dijo con ese aire siniestro que lograba hacer temblar a cualquiera y que al instante llamó la atención de la Eneriz que se tensó nuevamente.
-¿¡Es que no entiendes que yo no...—Quiso responder, pero él se acercó tan rápido a ella y la besó de improvisto silenciándola, con un beso castigador. Ella abrió los ojos sorprendida y golpeó su pecho repetidamente tratando de separar su enorme cuerpo del suyo, pero Gabriel mordió su labio logrando que ella dejará de pelear.
-Quédate quieta.—Le exigió él presionándola con sus brazos hacia su cuerpo, se abrió camino entre sus labios y disfrutó de aquel beso con el que tanto había fantaseado.
Rebecca que opuso resistencia ante la brusquedad del Ifriqia, se dejó llevar al ver como el cuerpo masculino ejercía un extraño dominio sobre ella que no podía evitar. y aunque creyó que sentiría un miedo terrible ante esa clase de acto, no fué como aquel mal recuerdo. se sintió diferente, un estremecimiento le recorrió la espalda mientras Gabriel frotaba sus manos contra esta, comenzó a sentirse aprisionada.
-Bas... Basta.—pidió ella, en el momento en el que Gabriel se separó un poco de ella dejándola respirar. Pero él no la escuchó y comenzó a frotarse contra ella, arrinconándola contra la pared de la habitación con fuerza, logrando que ella se diera un pequeño golpe contra el muro frío.
-Me estas torturando como no tienes idea Rebecca.—Dijo con voz estrangulada mientras colaba una de sus manos por la parte delantera del pantalón de ella.
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Mi forma de amarte [TERMINADA]
Teen FictionYo no soy un hombre de romance, flores y poemas. Mi forma de amar es cruel pero te aseguro mi ángel, que es la forma más hermosa de amarte.