Capítulo 43

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Rebecca.

Estaba completa y absolutamente decidida a llamarlo, le diría de su conocimiento sobre todo. El tono ni siquiera sonó una vez cuando cortó el intento de llamada "cobarde" le susurró su subconsciente muy dentro de ella, aquella vocecilla que la había molestado tanto tiempo. y que le hacia cometer siempre bastantes deslices, ahora se oía cansada, como si se hubiera recargado de estrés. tanto así que incluso su mente parecía agotada.

Rebecca casi se imaginaba a su yo interna, llamándola cobarde a sí misma desde el frío y oscuro suelo de su subconsciente. mientras se arrastraba como podía en un vago intento de seguir adelante a pesar del cansancio y la depresión. Ya no había valentía, no había euforia, no había curiosidad, no había ninguna de aquellas emociones que siempre gobernaron su vida, o tal vez se habían ocultado de la pobre y pequeña Rebecca tristona y destrozada que ahora era la voz de la conciencia.

El sonido de algunos suaves toques en la puerta la quitó de esa horrible imagen mental de su yo interno.

-Adelante.—Dijp sin siquiera ponerse a pensar demasiado.

Vió el rostro de Edward asomarse por la puerta y luego de verla y armarse de más confianza lo vió entrar a la habitación con una pequeña taza de algo humeante.

-Es algo para las nauseas.—Le comentó mostrándole la pequeña taza de porcelana blanca.

Rebecca sonrió agradecida extendiendo su mano para tomarla, él negó mirando su mano vendada de su anterior accidente y colocó la taza en el velador al lado de la cama.

Rebecca comprendió que Edward no quería arriesgarse a otro de sus ataques de intolerancia a los olores y asintió, mirando su propia mano vendada, recordando brevemente que no era el único lugar en donde tenía vendas.

-¿Él lo ha conseguido cierto?.—Le preguntó llamando nuevamente su atención. Sus ojos azul pino parecían preocupados y la miraban como si fuera una pequeña niña desvalida.

-¿A qué te refieres?.—Preguntó ella tratando de descubrir lo que escondían esos ojos solitarios.

Rebecca vió como edward caminó hasta la cama y se sentaba en una orilla guardando la distancia de ella. Volvió a mirarla como si realmente fuera una niña y no supiera nada del mundo.

-Te a absorbido.—Sentenció y aunque no sabía a que se refieren aquellas palabras sonaron terribles para ella. 

Nos ha absorbido… susurró su moribundo subconsciente, mientras comenzaba a levantarse del oscuro piso y se sentaba con desgana cubriendo las heridas de sus piernas con un largo camisón blanco que contrastaba en medio de toda esa oscuridad.

-No sé a qué…

-Si sabes.—Interrumpió Edward con pena.

Rebecca se quedó congelada de nuevo, y con una sonrisa de ignorancia fingida negó en silencio.

Lo has dejado matarnos...

Volvió a susurrar la conciencia derrotada, sus ojos resignados la miraban desde esa cárcel oscura y mientras la imagen panorámica de su yo interna se alejaba pudo ver que el punto blanco en donde Rebecca se situó se iba extinguiendo en un universo de oscuridad infinita.

Mi forma de amarte [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora