Capítulo 56

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Úrsula.

La mujer llegó a la comisaría siendo seguida por su nieto, Neil y un grupo de agentes del FBI. entró a la oficina para hablar con el capitán mientras andaba con un porte serio y respetable. y en una de las encontró al capitán de la policía Teylor Bellamy que revisaba un cajón.

-Estaba revisando que no me faltara nada. Janeth desde pequeña tiene acceso a muchas cosas y no quisiera que hubiese usado algo para su beneficio. Tengo todo un inventario y si falta algo...—El hombre pareció atragantarse con sus palabras al ver la mirada seria de la matriarca del Clan Russo, pero poco a poco el hombre se encontró hablando en un hilo de voz.— ¿Que hice mal? Era una niña buena, incapaz de hacerle daño a nadie. Incluso me dijo que era feliz pasando los veranos con su tío y como amiga del hijo del señor Frederick. ¿Qué pudo pasar?

Úrsula pensó en todos los años que había estado en sumida en el odio y rencor que sentía hacia su hija elizabeth. Y creyó que la hija de aquél hombre ocultaba detrás de su sonrisa a una chica común y que de seguro no participaba mucho en clase ni se juntaba con otros. Sino fuera porque su elizabeth era todo lo contrario a esa mujer juraba que podría entender a ese hombre. Sacudió la cabeza. No era psicóloga pero sentía que esa mujer necesitaba urgentemente ayuda.

La ayuda que yo no pude brindarle a mi hija...

-No puedo decirle señor, pero ella necesita ayuda. Y es nuestro deber dársela antes de que ella haga algo de lo que se pueda arrepentir.—el hombre asintió y Úrsula tomó aire dándole unos segundos para calmarse.— Dígame, su hija ¿tiene un lugar donde le guste ir? ¿O sabe de algún lugar donde pudo haber ido o llamado su atención?

-a Janeth le gustaba preguntarme sobre mi trabajo, Incluso la dejaba ver evidencias.—Dijo el hombre recordando a su pequeña sentada en sus piernas y haciéndole preguntas.

-¿Qué tipo de evidencias?.—Preguntó Neil tomando la palabra, él conocía a Teylor y sabía que cualquier cosa que su hija le pedía él se lo concedía.

-Cosas que roban los criminales, nunca le he mostrado las armas...—Contestó el hombre preocupado.

Gracias a Dios.

Pensaron con alivio Neil y Úrsula.

-Papeles, llaves...—Siguió enumerando el oficial.

-¿Llaves?.—Preguntó uno de los agentes que estaba detrás de Úrsula tomando nota de todo.

-De propiedades que cerramos por investigaciones por ser escenas de un crimen.

-¿Donde las guarda?

-Justo aquí.—Teylor abrió un cajón donde había al menos una decena de llaves.

-¿Tiene registro de cada una de ellas?.—Cuestionó Neil interesado.

-Sí, tengo un buen número, diescisiete en total.—Úrsula las contó y si, había atinado al número inicial.

-Faltan tres, ¿puede decirme de donde son?.—Preguntó Neil ansioso, si todo salía bien su señor y a quién consideraba su hijo regresaría pronto.

-No tardaré ni 5 minutos.—Dijo el hombre buscando entre cajones el registro.

-Que sea menos que eso...—Rogó Neil en voz baja, mientras Úrsula lo veía con una sonrisa.

Verdaderamente se preocupa mucho por él.

Neil no quiso decirlo en voz alta  pero en realidad quiso decir era "Antes de que suceda algo...

Un fuerte olor a alcohol lo obligó a girar su cabeza y toser un poco. Había estado fingiendo estar dormido durante dos días, pero al parecer Janeth ya deseaba verlo despierto. La luz lo cegó nuevamente intentando verla y le tomó por sorpresa que ella le besara la mejilla.

Mi forma de amarte [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora