Rebecca.
Estaba harta, ¡Cansada! ¿Alguien podía llamar al manicomio para esposos celosos y sobreprotectores por favor?
No era que le molestará en sobremanera que Gabriel la cuidará y la atendiera, para ella Gabriel era el mejor esposo del mundo. Pero habían ocasiones en las que sentía que la asfixiaba, siempre la llamaba si estaba en la oficina al menos 10 veces al día. Le había ordenado a Neil que cuidará su alimentación en base a la dieta que la doctora Gía le había recomendado, como aquella mañana. Rebecca había aprovechado que Gabriel aún seguía dormido para poder tomar un baño sin el señor "preocupaciones extremas Ifriqia" con Neil, Kara y su abuela era lo mismo. Gabriel había hecho un motín en su contra para que todos la cuidarán o más bien la sobreprotegieran, lo que más le sorprendió fué que su esposo permitiera que su abuela que se mudará un tiempo a su casa, eso le hizo pensar una cosa.
O Gabriel realmente estaba cambiando y empezado a dejar de ser tan neurótico, o los extraterrestres habían abducido su esposo y le habían lavado el cerebro.
Entró con cuidado al baño evitando hacer el más mínimo ruido para evitar alertar a Gabriel, en silencio cerró la puerta y con tranquilidad se deshizo de su ropa de dormir. Rebecca se dirigió a la enorme tina de baño y abrió el grifo del agua caliente, al fin podría tomar un baño sola. Desde que su abuela se había mudado a la casa siempre estaba detrás de ella con una cantaleta que ella creía eterna. Rebecca entró con cuidado a la tina verificando la temperatura del agua, soltando un suspiro de satisfacción al sentir la calidez del agua rodearla. Mientras recordaba todo lo que su abuela y su esposo le decían a diario.
Rebecca no puedes comer tantos pepinillos son muy agrios.
Ángel no bajes las escaleras sino estoy yo o Neil para ayudarte ¡Puedes caerte!
Rebecca no puedes tomar un baño sin ayuda.
Rebecca
Rebecca
¡Rebecca!
Rebecca...
Rebecca¡Ya estaba cansada! La Eneriz apreciaba y valoraba mucho las atenciones que su abuela y su esposo le tenían ¡Pero ya empezaba a sentirse asfixiada! Se sumergió aún más en el agua buscando recobrar su tranquilidad, mientras mentalmente se preparaba para lo que estaba por ocurrir en 5...4...3...2...1
-¡Rebecca! ¿¡Dónde demonios estás!? ¡Neil! ¡Llama a la vieja y dile que Rebecca desapareció!.—Gritó Gabriel quién había despertado al no sentir la calidez del cuerpo de su esposa a su lado, últimamente se comportaba más sobreprotector con ella. Eso era cierto, pero era porque su ángel siempre se tropezaba con algo.
Revisó como loco cada una de las habitaciones de la casa hasta que escuchó el sonido de agua correr desde el baño de su habitación, ¿Había tomado un baño sola? ¿Cuántas veces tendría que decirle que era peligroso? Podría marearse y caerse en la tina.
O resbalarse y golpearse la cabeza con el lavamanos o el inodoro.
O quemarse si el agua estaba demasiado caliente.
O resfriarse si el agua estaba fría.El Ifriqia podía enumerar los millones de riesgos que corrían su esposa y su hijo estando solos, y más cuando solo faltaban tres semanas para que naciera. Gabriel entró como loco al baño, encontrándose a La Eneriz en la tina. De lo más relajada posible mientras entre la espuma del agua y el aroma a manzanas silvestres del Shampoo de ella lograban calmarlo un poco, con un suspiro cansado se dirigió hasta estar frente a la tina. Empezó a desvestirse ante la antena y sonrojada mirada de su esposa quién, se dedicaba solo a admirar el perfecto cuerpo del Ifriqia.
-¿Cuántas veces debo decirte que es peligroso que tomes un baño sola ángel?.—Preguntó Gabriel en tono cansado, mientras con lentitud entraba a la tina colocando a Rebecca entre sus piernas y recostando la cabeza de ella en su pecho.—Usted insiste en llevarme la contraria a todo señora Ifriqia ¿Que debería hacer al respecto?.—Preguntó en tono serio Gabriel aunque con una sonrisa, mientras se dedicaba a pasar suavemente la esponja de baño por el vientre de Rebecca, a lo que ella suspiraba.
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Mi forma de amarte [TERMINADA]
Teen FictionYo no soy un hombre de romance, flores y poemas. Mi forma de amar es cruel pero te aseguro mi ángel, que es la forma más hermosa de amarte.