Rebecca.
Habían pasado cuatro días desde aquel horrible momento en el cumpleaños de Gabriel, estaba demás decir que desde aquello el Ifriqia había ordenado colocar cámaras de vigilancia en todo el perímetro de su vivienda. E incluso había aumentado los guardaespaldas para mayor seguridad de Rebecca, aquella mañana Gabriel se había ido temprano a la empresa. Pero llevándose consigo a Rebecca, pues desde aquello ahora desconfiaba de dejarla sola en casa. Al llegar a la empresa muchas de las mujeres la veían con envidia latente en sus miradas, mientras que otros tenían su mirada fija en el vientre de la Eneriz. Gabriel notó eso y abrazando posesivamente a Rebecca gritó molesto.
-¿¡Se puede saber que tanto le ven a mi esposa!? ¡Les recuerdo que aquí se viene a trabajar!.-Gritó furioso llevando consigo a Rebecca a su oficina saludando a Céline de paso. Gabriel le pidió que dejará su agenda libre antes de las 2 pues le había prometido a Rebecca llevarla a comer al restaurante donde se conocieron.
-¿Aún no han encontrado al responsable de lo que pasó en la reunión de tu cumpleaños?.-Preguntó Rebecca sentada en las piernas del Ifriqia, quién estaba concentrado en unos documentos. Pero sin dejar que ella se alejará de él.
-No, las muestras de ADN en los chocolates y en la carta no muestran mucho, fueron alterados por un perfume.-Contestó molesto al recordar lo que le dijeron al hablar con un detective privado quién estaba a cargo de investigar aquello.
-¿Y el caso de Marcus Marsden? Gabriel ¿Porque nunca me dijiste la razón del porque él tenía interés en mi?.-Preguntó la Eneriz levantando su mirada, Gabriel tragó saliva nervioso ¿Que le diría? ¿Que ese idiota estaba obsesionado con ella porque se parecía a su madre? Ni loco, no quería arriesgarse a que ella enfermará. Aunque Cassandra le dijera que exageraba pues poco a poco Rebecca mostraba signos de mejoría.
-Porque no quería preocuparte más ángel, ya tenías suficiente con preocuparte por mi y no quería que lo hicieras más.-Contestó con voz suave besando su frente hasta llegar a sus labios, lo que antes había Sido un beso tierno se había convertido en un beso apasionado. Ambos le dieron acceso a la boca del otro haciendo que sus lenguas se entrelazaran buscando desesperadas el sabor del otro, se separaron cuando la necesidad de respirar les hizo falta. Y un pequeño gruñido resonó por toda la oficina haciendo sonreír a Gabriel y que Rebecca se sonrojará.
-Al parecer alguien tiene hambre.-Dijo Gabriel con ternura acariciando suavemente su vientre mientras que Rebecca lo veía molesta.
-Es tu culpa, este bebé es igual de delicado para comer igual que tú.-Contestó ella recordándole las veces que comieron juntos y que Rebecca había corrido más de tres veces al baño para devolver la comida, y con Gabriel detrás de ella sujetando su cabello.
-Así debe de ser un Ifriqia, refinado en todo.-Dijo él adulandose con una sonrisa arrogante.- incluso en elegir mujeres debe ser refinado y de buen gusto, como su padre.
Sin tener en cuenta a la loca que tenías por novia. Susurró su subconsciente viéndola desde un rincón.
-¿A sí? Y podría decirme señor Ifriqia ¿Que buen gusto tiene usted?.-Preguntó Rebecca con voz sarcástica viéndolo molesta.
-¿Cuestionas mi buen gusto en mujeres? A ver elegí a una niña de cabello anaranjado casi pelirrojo y de ojos verdes, mide 1.67 casi cumple 20 años y tiene la mirada más hermosa del mundo. ¿Quiere más detalles señora Ifriqia?.-Preguntó Gabriel en tono de burla mientras se dedicaba a besar el rostro sonrojado de su esposa.
-Va... Vayamos a comer Cassandra y Jackson nos deben estar esperando.-Dijo Rebecca en voz baja y sonrojada aún, Gabriel no pudo evitar sentirse orgulloso por lograr ponerla nerviosa. Salieron de la oficina en dirección al elevador tomados de las manos hasta salir de la empresa, nunca notaron que una mujer rubia y con un largo abrigo los seguía hasta que llegaron al restaurante. Cassandra les hizo una señal desde la mesa en la que estaban, la pareja se encaminó hasta ellos encontrándose con la castaña dándole consejos amorosos al rubio.
ESTÁS LEYENDO
Mi forma de amarte [TERMINADA]
Teen FictionYo no soy un hombre de romance, flores y poemas. Mi forma de amar es cruel pero te aseguro mi ángel, que es la forma más hermosa de amarte.