Rebecca.
Caminaba por la acera de una de las calles de central park, normalmente estaría rebozando de gente, y más un sábado por la tarde. Pero al parecer el fuerte frío con lluvias logró espantar de las calles neoyorquinas a las personas que prefirieron pasar el fin de semana en familia. Aferró su paraguas rojo y se reajustó la bufanda rosa mientras intentaba soplar aire cálido en sus manos cubiertas por impolutos guantes blancos. Gruñó al ver su labial rosa tatuado en la limpia prenda y tuvo que dejar de intentar entrar en calor, Llevaba una fina capa de maquillaje que se puso con algo de desgana intentando cubrir las ojeras por la falta de sueño. No había dormido bien desde que él se había ido, y de eso hacía ya casi un mes.
Observó los escaparates casi por reflejo, los colores y las luces llamaban a cualquiera que pasara por ahí a mirar lo que ofertaban. Apenas y le dió una repasada a los productos y apresuró el paso mirando rápidamente su reloj, llevaba diez minutos de retraso, y todo porque Neil había considerado necesario ir en velocidad "tortuga" para prevenir cualquier accidente a causa de la lluvia. No es que lo culpara o le importara poco su preocupación, es más, no diría nada si no fuera porque él se había estado preocupando demasiado "exageradamente" cuidadoso y protector con ella, como si Gabriel hubiera tomado posesión del alma de Neil.
Aun recordaba a Neil tocando la puerta del baño cada tres minutos preguntándole si estaba bien, si no se había resbalado en la ducha, si no estaba muy caliente el agua, o si se sentía débil y necesitaba ayuda. Era realmente una preocupación muy paternal, pero tuvo que gritarle "pervertido" un par de veces para que la dejará en paz, y Neil se limitó a tocar la puerta solo cada cinco minutos.
Pasó delante de algunos restaurantes conocidos y vió como supuso pocos comensales que más que parecer encantados con reunirse allí, parecían haber entrado solo para resguardarse del frío.
¿También que personas saldrían en ese clima?
Por supuesto Rebecca era una de ellas, si no fuera así, quien sabe cuándo podría salir de aquella casa que solo le recordaba a él.
Rebecca detuvo su andar cuando al fin pudo reconocer la linda cafetería, observó el ambiente interno desde afuera y sonrió al ver a algunas personas bebiendo sus bebidas en un ambiente acogedor y relajado, cerró el paraguas rojo y sacudió unas cuantas gotitas rebeldes que se habían empeñado en caerle en la punta de los cabellos, vió casi de perfil a Neil mirarla desde una cuadra atrás, vestido completamente de negro, mas parecía un acosador que una persona normal. incluso algunos transeúntes lo miraban raro y se alejaban de él murmurando entre ellos.
Rebecca sonrió con gracia y se adentró en el lugar.
Observó sobre todas las mesas y encontró una cabellera parecida a la suya con unas orejeras peludas de animal print. Le daba la espalda, pero al instante se volteo a mirarla y le sonrió, era como si tuvieran una especie de conexión telepática, ambas siempre sabían cuando la una miraba a la otra. Rebecca sonrió a modo de saludo y desvío su mirada al cabello azabache con rayitos café que tenía sobre la cabeza un llamativo sombrero que se veía peludo y realmente blando, parecía el típico sombrero ruso. Ella también le sonrió y ella se encaminó a aquella mesa.
-Dime quién asesinó tu guardarropa y yo personalmente me haré cargo de que no vea la luz del día.-Comentó Cassandra mirándola de arriba abajo.
-Muy graciosa Cass, pero el pobre de Neil solo intentaba que no me diera frío.-Respondió Rebecca deslizándose en uno de los cómodos asientos, si es que a lo que hacia se le puede llamar "deslizar" por supuesto, puesto que casi se llevaba la mesa consigo en el intento, y no es que estuviera gorda. sino más bien que tenía tanta ropa encima que ya ni siquiera era consciente de donde empezaba su cuerpo y donde terminaba.
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Mi forma de amarte [TERMINADA]
Teen FictionYo no soy un hombre de romance, flores y poemas. Mi forma de amar es cruel pero te aseguro mi ángel, que es la forma más hermosa de amarte.