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-¡¡Atenea no, cuidado!!-Rocé el pelaje del felino justo al mismo tiempo en que sentí como me tomaban bruscamente por la cintura tirándome unos metros hacia atrás y se oía el feroz y poderoso rugido de un tigre que saltó al mismo lugar en dónde ant...

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-¡¡Atenea no, cuidado!!-Rocé el pelaje del felino justo al mismo tiempo en que sentí como me tomaban bruscamente por la cintura tirándome unos metros hacia atrás y se oía el feroz y poderoso rugido de un tigre que saltó al mismo lugar en dónde anteriormente estaba yo parada.

Solté un grito por la impresión de ver tan imponente animal a tan sólo centímetros de mí y agradecí internamente que apareciera Josué, su adiestrador y cuidador, para poder sostenerla ya que al parecer habían cumplido una de mis últimas peticiones antes de irme, nunca amarrar o encerrar a mi Nina, que la mantuvieran libre de andar por la finca por más peligros que ésto trajera.

-Tienes que tener más cuidado, Diosita.-Miré mal a Iván, alejando sus manos de mí y de mi cuerpo. 

Serafín me extendió la mano ayudándome a reincorporarme y asegurándose que me encontrara bien.

-Mira nada más, Atenea como te raspaste-Dijo observando detenidamente mis brazos.

-Este brusco que me trató como si fuese un saco de papas.-Ladeé la cabeza limpiando la tierra que se me había metido hasta donde ni imaginaba.

-¿Neta? Encima de que te salvé y ensucié mi ropa.-Iván me miró mal sacudiéndose él también-Debería haber dejado que te devoraba no más.

-Tal vez era mejor eso a tener que soportarte por quién sabe cuánto tiempo-Dije haciéndole frente, algo que antes sabía que le enfada demasiado.

Ovidio quiso reírse pero al recibir la mirada fulminante de su hermano, mejor se cayó. Serafín fue hasta Josué para preguntarle acerca del comportamiento de Nina aunque fuese lógico y yo fui hasta Alfredo, quien acariciaba a mi niña. Después de extenderle la mano por unos segundos dejando que me olfateara, chillé por el susto y quité mi mano rápido cuando recibí un leve impacto con una piedra.

-Iván ¿No tienes algo más importante que hacer que estar fastidiando?-Me levanté enfada, sin embargo y como siempre, él nada me tomaba en serio por lo que cuando más me enfadó y molestó que se me riera en la cara pasé por su lado chocando nuestros hombros.

-¡Oiga pero no te pongas fresa, gringuita!-Bufé dirigiéndome a la casa, primer día e Iván ya había logrado sacarme de quicio, tal y como en los viejos tiempos.


°°°


Justo al mismo momento en que tocaron la puerta de mi habitación, corté mi llamada con Ethan. Al parecer su madre me necesitaba para comenzar el boceto de mi vestido y no recuerdo qué más cosas.

-¿Me estás oyendo, cariño?-Le presté atención a mi madre cuando el colchón se hundió a mi lado.-¿Te encuentras bien?-Asentí sin quitar la vista del aparato electrónico al que acababa de desarmar por seguridad.

-Sólo estoy cansada y Nina me atacó por tocar al cachorro.-La miré a los ojos, por sus muecas podía deducir que no me creía.-¿Es Nina, verdad?

A Veces | Iván Guzmán| TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora