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Detuve el carro frente al porche de la mansión de la familia, tomé mi cartera, volví a acomodar mis lentes de sol y bajé de mi coche en dirección a la entrada de la casa, encontrando solamente a mamá bebiéndose un té en el silencio de la sala, sil...

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Detuve el carro frente al porche de la mansión de la familia, tomé mi cartera, volví a acomodar mis lentes de sol y bajé de mi coche en dirección a la entrada de la casa, encontrando solamente a mamá bebiéndose un té en el silencio de la sala, silencio que no había encontrado en mi nueva casa y por la que había regresado sin que me llamaran.

-¡Qué sorpresa tenerte por aquí!-Comentó ella enfundándome entre sus brazos. Cuando nos separamos tiré mi pequeña bolsa Gucci al sofá y me senté a un lado de mi madre, recargando mi cuerpo arriba de sus piernas una vez que ella también se sentó.-¿Qué te ocurre, cariño? ¿Te encuentras bien?

-Los imbéciles de los vecinos no me dejaron dormir en toda la noche.-Susurré cerrando los ojos, disfrutando de la paz de la sierra.-Estuvieron pasando corridos durante toda la noche, cantando, gritando, corriendo muebles, no sé qué se creen. Ahora por escuchar corridos todos son buchones parece.

Mamá soltó una sonora carcajada acariciando mi cabello.

-Tu hermana te advirtió de la casa de seguridad, mi amor.-Fruncí el ceño, abrí mis ojos al tope y rápidamente quitando mis lentes de sol, me senté correctamente.-¿O no?

-¿De qué hablas mamá?

-¡Yesenia!-Tapé mis oídos al sentirlos latir por la punzada de dolor.-¡Yesenia ven aquí!

-Hermanita querida.-Ella se soltó del agarre de Marco y llegó a abrazarme.-No creí verte tan rápido por aquí.

-Yo tampoco esperaba estar aquí tan pronto pero con, necesitaras mucha paciencia y con que no hay devoluciones de mi dinero o revocar el alquilar ¿Te referías a los vecinos insoportables?-Ella sonrió de forma inocente, aunque pareció más diabólica que otra cosa.

-Pues...

-¡Yesenia! Te dije que debías informarle antes de que lo quisiera pagar.

-Pero mamá, Atenea se enamoró de ese departamento nada más verlo, no iba a quitarle la ilusión.

-¡No por eso quiero vivir al lado de narquillos! Además sólo me gustaron las escaleras de mármol.

-Tu y tu obsesión por la apariencia de esa cosa lujosa.-Papá apareció limpiando sus manos con un trapo, seguido de Vicente e Iván haciendo lo mismo.

Por unos breves segundos me quedé perdida en sus manos, intentando descifrar qué era lo que se limpiaban.

-Tu no estarás otra vez metido en esto ¿Cierto?

-No chingues Atenea.-Papá le dio un golpe en la nuca a Vicente por la forma de responderme y luego se acercó a saludarme.

-Que bueno que estas aquí, así miramos todos la entrevista que le harán a Emma.

-¿Y yo para qué quiero ver una entrevista de Emma?-Pregunté con absoluta sinceridad provocando que ellos se soltaran en risas. Pero en verdad no me interesaba en lo absoluto oír una entrevista a una mujer a la que conocía de vista nada más.

A Veces | Iván Guzmán| TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora