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Acomode una vez más la enorme capa naranja que cubría mi cuerpo y mayor parte de mi cuello del frío que hacía en Los Ángeles, a pesar de estar en una época de calor sofocante, el clima parecía haberse puesto acorde a mi estado de ánimo, acompañand...

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Acomode una vez más la enorme capa naranja que cubría mi cuerpo y mayor parte de mi cuello del frío que hacía en Los Ángeles, a pesar de estar en una época de calor sofocante, el clima parecía haberse puesto acorde a mi estado de ánimo, acompañando mi regreso a mi empresa con una fuerte tormenta.

Cuando el ascensor llegó al primer piso y sus puertas se abrieron, apreté más fuerte mi agarre en mi portafolio y salí de la caja metálica, encontrando los miradas atentas y curiosas de las personas que se paseaban por los pasillos, que aún no se habían percatado de que la jefa había regresado.

Al llegar al lugar del estacionamiento dónde debería estar mi Mercedes, éste se encontraba totalmente vacío y sin rastros de mi coche cerca.

-Hace tres semanas tu novio vino a retirarlo.-La voz de Maggie, mi secretaria, a mi espalda me hizo girar a verlo con la boca abierta. Ethan no me podría haber quitado mí auto, a pesar de que él lo hubiese comprado para mí.-Entre gritos quiso subastarlo con nosotros pero nadie lo aceptó, parecía estar desbordado en emociones y muy enf...

-Es un pendejo.-Murmuré rodando los ojos, ella al también ser mexicana y comprender lo que dijo, sólo rió.

-¿Quieres que te lleve?-Por unos momentos lo dudé y pensé, la mansión de Gerardo estaba a las afueras de Los Ángeles, casi que a cuarenta y cinco minutos de aquí, debería llamar un taxi y almorzar antes.-Así sirve que seguimos conversando acerca de los nuevos contratos y vuelves a ver tus pertenencias que están en mi casa.

-Acepto tu propuesta con la condición de que compre algo para comer, muero de hambre.-Maggie sonrió y asintió a la vez que hacía sonar la alarma de su auto para desactivarla. Antes de subirme quité mi capa y le eché un rápido vistazo a la fachada de la empresa sin poder creer aún que había vuelto-Vamos patroncita ¿Qué esperas?

ººº

-Y papá dice que podemos hacer esa jugada para conseguir más resultados y efectividad.-Bebí desde el popote de mi bebida sin quitar la vista de la pantalla de la computadora donde Maggie explicaba los consejos que su padre, uno de los tantos grandes y reconocidos empresarios en la industria de la compra y venta de carros, nos había ofrecido para lavar de una forma más segura y mucho más dinero en una sola venta por mayor. Porque sí, yo era una inocente y limpia señorita comenzando con la empresa de una forma legal cuando conocí a Mag y a su familia.

-Me gusta la segunda idea.

-Es más segura pero ganamos menos.-Pasé mi mano por mi cara de forma dramática.

Mi vista se perdió entre el muro que se había formado con el montón de cajas que Ethan le había dejado a la pobre de Maggie en su sala, cuando oí la puerta principal del departamento abrirse y cerrarse mostrando la presencia del novio de mi amiga y asistente a la vez.

-Que poco gusto verte aquí, Ateneita.-Correspondiendo a su sonrisa falsa, me paré del sofá para saludarlo.-¿Cómo te fue?

-He tenido mejores experiencias.-Admití volviendo a tomar mi hamburguesa.-Y estaba mejor sin ti.-Paul rodó sus ojos y se sentó a un lado de su novia. Ese era el trato que la mayoría del tiempo manteníamos nosotros tres. Con Maggie habíamos sido compañeras en la universidad mientras que Paul iba dos años más adelantado que nosotras, cuando la familia de ella se enteró que yo era "huérfana" supongo que tuvieron pena de mí y siempre que podían me invitaban a su casa, hasta que un día tuve que confesarles la verdad mientras que ellos se sinceraron también, comenzando así una "sociedad".-¿Crees que tu padre me pueda recibir hoy?-Mientras juntaba mi bolsa y celular después de leer que el taxi me esperaba abajo, volví a saludarlos despidiéndome de ellos.

A Veces | Iván Guzmán| TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora