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Tomé una bocanada de aire relajándome más de lo que ya estaba, teniendo una extraña sensación de comodidad y seguridad como si estuviese en mi hogar y allí puede refugiarme de cualquier cosa que sucediera que nada me importaría si estaba ahí

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Tomé una bocanada de aire relajándome más de lo que ya estaba, teniendo una extraña sensación de comodidad y seguridad como si estuviese en mi hogar y allí puede refugiarme de cualquier cosa que sucediera que nada me importaría si estaba ahí. Extrañamente, sólo estaba sentada bajo las leves sombras de los árboles y enredaderas en el sofá de exterior, con mi cabeza recostada de costado en en el hombro de Iván, escondida en el hueco de su cuello y clavícula, acariciando la zona lateral a ella, deslizando mis dedos por su piel recuperando la calma en mí, en mi respiración y en el latir de mi corazón.

Lancé el collarín por algún lado el cual anteriormente lo tenía en mis manos tras habérmelo quitado y me separé de él sintiendo mi rostro arder, no sabía cómo me había dejado ir así, embelesarme por él, por los recuerdos y por los impulsos, pero lo había hecho finalmente.

-Creo que...-Mojé mis labios aunque no hacía falta, jugando con la hebilla de mi cinto Gucci.-¿Después de todo sigues usando esa marca naca? 

-¡Iván!-Solté una leve risa levantándome del sofá.-Naco eres tu con tanto lujo y marcas en tu cuerpo.-Señalé con mi dedo índice su silueta, más precisamente su vestimentea haciendo que él la viera también.-Camisa Fendi, cinto Hermes, ese pantalón es Gianni Versace mientras que tus zapatillas son Versace Jeans Couture, sin contar tu reloj, cadenas de oro y las gafas de Dior que siempre utilizas.-Una sonrisa brotó de su boca parándose con dificultad.

-Que bien controlado que me tienes, Diosita.-Rodé los ojos mientras que buscaba con la mirada al pequeño cachorro de Nina, debía ponerle un nombre a ese pobre animal.-La próxima te llevo conmigo de compras a Francia o Italia, porque la ropa que te he visto...-Iván elevó sus cejas arrugando su nariz en una clara mueca de asco con respecto a mi gusto de elegir mi ropa, notablemente ofendí abrí mi boca, sorprendida de que resultara tan fresón.

-Tranquilo que yo no tengo problemas y soy bien humilde, prefiero entregarle mi dinero a personas de aquí en un tianguis que irme a derrochar por el mundo.

-¿Ya ves? Si tienes todas las fachas de naca por eso, no dudo en que ese cinto sea hasta falso.

Entrecerré mis ojos clavando mi mirada fulminante en su espalda, comenzando a salir del sendero siguiendo sus pasos detrás.

-Falsas tus greñas que parecen pelo de cerdo.

-¡Atenea!-Pierre soltó una carcajada al oír mi acote final llegando a mí para envolverme entre sus brazos, más tarde se sumaron Tyler y Gabino.

-¿Atenea qué hiciste con tu collarín? Te dije que no te lo quitaras pequeña berrinchuda.-Vicente me jaló por el brazo alejándome de mi amigo intencionalmente.-Además esas marcas horrendas, que no tienes ni por qué tenerlas allí, se notan aun más. ¿Quién te hizo eso?-Tragué en seco cuando, tomándome por mi mentón, se acercó a ver los benditos chupones que el maldito de Iván me había hecho.

-Eh... no...-Aparté su mano y me alejé de él antes de que pudiera comprender de qué se trataba.-Sólo... yo creo que... salieron de forcejear con esos hombres.

A Veces | Iván Guzmán| TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora