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La tensión era evidente en la mansión de los Zambada cuando se dio inicio a la reunión que mi padre había generado con el fin de solucionar el tema que desde la noche había estado en boca de la mayoría de los ciudadanos de Sinaloa, usuarios de red...

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La tensión era evidente en la mansión de los Zambada cuando se dio inicio a la reunión que mi padre había generado con el fin de solucionar el tema que desde la noche había estado en boca de la mayoría de los ciudadanos de Sinaloa, usuarios de redes sociales y seguidores de cuentas de chismes relacionados con el Cártel de mi padre y Don Joaquín, el regreso de la hija de Ismael Zambada.

De alguna u otra forma se me había reconocido como La Consentida Zambada en las noches de antros con mi típico grupo de amigos, Los Fantásticos, además de un video filtrado la noche de la fogata cuando sin pensarlo sacaba mi cuerpo por la ventanilla al regresar al rancho. Afortunadamente en todos los videos se me veía de espaldas y solo mi silueta ya que algo o alguien siempre lograba taparme el rostro.

-Creo que comprendiendo en el peligro en el que estás no te molestará tener escoltas siguiendo tus pasos y cuidando el perímetro de tu edificio.-Suspiré masajeando mi cien y asintiendo de mala gana.

-Ya que...

Ismael pareció pensar por unos segundos mientras Vicente interactuaba por radio con la gente de la organización.

-No digas ya qué, esto te lo buscaste tu Diosita.

-Iván-Papá lo reprendió con su tono y su mirada antes de que yo hablara.-No despiertes a la fiera.

-Ya vete Iván que no tienes vela en este entierro.

-Entierro es el que vas a tener tu si sigues con esos amigotes poniéndote peda y haciendo pendejadas de las que ni te acuerdas, poniéndote en peligro.

-¡Papá, dile algo!-Me quejé.

-¿Y qué tu no tienes boca como para defenderte, princesa?

-Y no, si sólo la utiliza con ghardgo.-Serafín había reaccionado antes de que el imbécil de Archivaldo pudiera terminar su frase, tapándole su boca con el sándwich que él estaba comiendo.

-Mira compa, creo que tienes mucha hambre.

-¡Serafín no seas irrespetuoso!

-Sí, mamá.-Respondió él enfado porque lo regañaran al frente de todos, al pasar por mi lado me guiñó su ojo en complicidad a lo cual respondí de igual modo, se agachó hasta la altura de mi oído y susurró.-Desperdicié mi sándwich por ti, me debes dos, pendeja.-De mala gana asentí viéndolo marcharse de la oficina, exactamente lo que quería hacer yo desde hace una hora.

-No estoy en condiciones de darle mis mejores hombres por el tema que los tengo ocupados con... tu sabes.-Iván asintió haciendo una mueca de que comprendía a lo que se refería. Rápidamente giré mi cabeza hacia mi madre pero ésta también se encontraba igual de confundida que yo.-¿Tienes hombres?

-A los mejores y capaces de cuidarla de sus pendejadas.

-¿Sabes que te estoy encargando a los más preciado para mí, cierto?

A Veces | Iván Guzmán| TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora