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Con una sonrisa plasmada en mi rostro debido a la intensidad inesperada de aquella situación, acuné el rostro de Iván viéndolo a él con otra sonrisa sincera y sus ojos cerrados, embobado y con nuestras frentes juntas

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Con una sonrisa plasmada en mi rostro debido a la intensidad inesperada de aquella situación, acuné el rostro de Iván viéndolo a él con otra sonrisa sincera y sus ojos cerrados, embobado y con nuestras frentes juntas. Con sus manos en mi cintura volvió a tirar de ella para unir más nuestros cuerpos como si eso fuese posible, dejé leves caricias sobre sus mejillas ignorando la presencia de absolutamente toda la familia, Katia y un gran número de empleados curiosos y preocupados a unos cuántos metros de nosotros.

-¡Suelta a mi hombre idiota!-Antes de que pudiera reaccionar, mi cuerpo salió volando prácticamente cuando Katia me tackleó como una salvaje, por consecuencia, apartándome de Iván.

Bajándome abruptamente de la atmósfera de fantasía que estaba viviendo, tuve que utilizar mis brazos como escudos hasta que pudieran quitar a la perra de encima mío ya que no pensaba rebajarme a su altura de responderle a su agresión y golpes, no directamente.

-¡¿Tú estás loca?!-El primero que llegó a nuestro lado y me ayudó, fue Iván con ayuda de Serafín, para que el primero viniera hacia mí lado y me extendiera su mano para que me levantara del suelo.-¿Estás bien?-Me susurró revisando mi rostro, pecho y brazo con sus ojos, pasando un brazo por mi cintura y alejándonos de la desequilibrada de Katia que no dejaba de chillar y patalear en brazos de mi hermano.

-¡Katia compórtate!-Papá llegó a su lado y la quitó de los brazos de Serafín.

-Ay mi niñita. ¿Te encuentras bien mi princesa? ¿Te hizo algo esa inútil?

-Estoy bien mamá.-Quité las manos de Iván y de mi madre de mi cuerpo y pasé a un lado del show que estaba montando la bastarda, ignorándola completamente y con la frente en alto, analizando muy bien mis planes retorcidos para darle un sustito y que deje de molestar de una vez metiéndose conmigo, con mis hermanos o con Archivaldo.

Aprovechando la situación de distracción en la que mi padre se quedó regañando a Katia, caminé hasta la parte delantera de la propiedad, más precisamente en la casilla de seguridad. Golpeé el vidrio con mis nudillos para que me abrieran, algo que rápidamente hicieron los cuatro hombres altamente armados y encapuchados, al verme.

-¿Ustedes son los sicarios de mayor confianza de mi padre cierto? Necesito que le den un sustito a la persona que les daré, estoy dispuesta a pagarles el doble del dinero que Ismael les paga y no acepto una respuestas negativa.-Los hombres se levantaron de sus lugares y lanzándose una mirada que sólo ellos entendían, se acercaron a mí.


ººº


Minutos más tarde en otro lado de la hacienda...

-Iván, Vicente y Alfredo, todos a mi oficina-Murmuró Don Mayo con una actitud neutra tras tener la seguridad de que su hija menor, no reconocida, se había marchado en una de las tantas camionetas de los Zambada.

A Veces | Iván Guzmán| TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora