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Dejé una caricia en el pecho de Iván y me acurruque junto a él una vez más tras dejar de observarlo cómo dormía tan plácidamente

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Dejé una caricia en el pecho de Iván y me acurruque junto a él una vez más tras dejar de observarlo cómo dormía tan plácidamente.

Sus labios levemente rosados e hinchados haciendo juego a su cabello despeinado le daban un aspecto despreocupado, ajeno a todo.

Besé su frente y salí de la comodidad de su cama dirigiéndome a la cocina, no sin antes ponerme su camisa cubriendo mi desnudez.

Bostecé mientras ingresaba a la cocina de estilo minimalista del departamento, saludé a quien parecía ser la cocinera y sus ayudantes y les pedí que hicieran un desayuno para llevar a la cama. Mientras, tomé mi computadora e ingresé a las cuentas bancarias donde se encontraba toda mi fortuna, la suficiente como para invertir sólo una parte de ella y poder solventar nuestros gastos cotidianos además de los que vendrían al independizarnos tan bruscamente de mi padre.

Hace una semana que habíamos regresado al centro de Culiacán, más precisamente a mi departamento y al de Iván y hasta hoy habíamos estado buscando opciones para poder tomar el control total del Cártel, el cual se nos había prometido, con la asociación de mis cuñados, amigos y pronto Iván se encargaría de que conocidos suyos también.

Tomé la mesa de cama con el desayuno ya hecho y tras negarme a que me ayudaran, volví al cuarto principal. Caminando los pasillos que jamás imaginé recorrer en éstas condiciones.

Ingresé a la habitación justo cuando mi novio refregaba sus ojos, semisentado en la cama con las sábanas llegandole hasta su abdomen, dandome una imagen sumamente sexy.

 -Buen día bebé.-Me estiré en la cama para besar sus labios, dejé la mesita en la cama y volví a mi lugar.

-Buen día princesa.-Él besó mi cabeza y puso entre ambos nuestro desayuno.-¿Cómo te encuentras?-Hizo referencia al mareo que me había dado por la noche al salir de la ducha.

-Mejor.-Sonreí levemente y me concentré en ingerir la comida.

-¿Tu crees que ese marea sea por...?-Iván dejó al aire la pregunta, lo miré seria esperando que siguiera.-¿Embarazo?

-No vengo comiendo bien, estoy nerviosa y contracturada, es sólo eso.-Él asintió y en silencio relativo desayunamos la comida suficiente para estar en condiciones del arduo trabajo que teníamos por delante.

Mis pensamientos enfocados en mi padre, nuestra vida de hoy en adelante, imaginar de lo que podía ser capaz mi padre en contra nuestra, miles de ideas que ocupaban mi mente desde la última semana se vieron interrumpidos por la voz de Iván.

-Quiero atención, amor.-Hizo un puchero al mismo tiempo en que dejaba esconder su cabeza en mi cuello, descansando en mi hombro también.-Préstame atención princesaa.-Pestañeé repetidas veces espabilándome para llevar mi mano derecha a su rostro para que dejara de insistir como niño pequeño.

-Ay el bebé quiere atención.-Bromeé riendo mientras lo abrazaba sin sacarlo de su escondite, acostándome sobre él.

-No te rías.-Se quejó y besó mi hombro, sin embargo nuevamente volví a reírme.-¿Por qué te ríes?-Preguntó saliendo de mi cuello, viéndome con sus cejas fruncidas.

A Veces | Iván Guzmán| TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora