Horas atrás en el rancho Zambada...-Don Mayo, llegaron Ovidio y Serafín.-Anunció el que por ahora y desde hacía más de tres años, se encontraba al mando de la organización de los Guzmán.
-¿Y qué esperan? Que pasen, necesito saber cuánto antes todo lo que lograron saber acerca del gringuito ese.
Iván asintió y fue en busca de los anteriormente nombrados, con una sonrisa en su rostro y pensando exactamente las palabras y argumentos que utilizaría para lograr el objetivo que se había propuesto desde el día en que Atenea volvió a pisar tierras mexicanas.
Una vez los cinco hombres reunidos, él, sus dos hermanos, Serafín y Don Mayo, se dedicó a oír atentamente a sus hermanos relatando lo que sucedió en los cuatro días en los que se habían encargado personalmente de investigar y seguir a dónde sea que haya ido el prometido de Atenea.
Por unos cuantos minutos, reinó un incómodo silencio al enterarse Don Mayo quién era el suegro de su hija y a qué se dedicaba, hasta que un valiente se animó a argumentar algo.
-Yo, con todo respeto Don Mayo, sigo insistiendo en no estar de acuerdo con que no se siga la tradición.
-No puedo obligarla a dejarlo por más peligroso que sea para nosotros. Mi princesa es feliz con él, Iván.-El Guzmán asintió de mala gana, sintiéndose molesto y apretando sus labios evitando decir alguna palabra indebida, por más que le molestara, Don Mayo era su padre y él sabía que era lo mejor para su hija.
-Aun así, yo considero que no es muy adecuado que siga trayendo a sus amigos a aquí. Digo, jamás ha aceptado a nadie en este rancho, así ha logrado mantenerse seguro y de bajo perfil ¿No?-Alfredo le echó una mirada cómplice a Iván, desde que la Zambada menor había regresado, éste había insistido en querer hacer que su hermano del medio confesara que los sentimientos que había mantenido cuando Atenea era apenas una adolescente, habían vuelto. Aunque Iván se lo negara una y otra vez hasta el cansancio.
-Considerando que Pierre es mi ahijado y está aquí haciendo tratos conmigo, supongo que lo que les preocupa según ustedes, y según yo la verdad es que les molesta, es la futura presencia del novio de mi hija ¿Cierto?
-Nos vamos entendiendo-Pronunció Ovidio imitando la posición despreocupada pero intimidante en la que estaba su padrino.-Además, no es tan guapo como presume en fotos.
Don Mayo rodó los ojos intentando disimular una sonrisa, la misma acción siguieron los Guzmán.
Cuando el mayor de todos los presentes iba a volver a hablar, la silueta de la inconfundible Atenea, se pudo observar caminando rápidamente, alejándose del vidrio esmerilado que separaba la sala principal de la secundaria.
-Se me hace que ya nos cachó-Pronunció serafín rompiendo la evidente tensión.
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A Veces | Iván Guzmán| TERMINADA
Fanfic-A veces te amo, a veces te odio. Pero cuando te odio, es porque te amo.-Sentenció el hombre dejándose llevar por todos aquellos sentimientos que se habían contenido por tanto tiempo y terminó con los pocos centímetros que había entre ellos sellando...