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Iván

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Iván

Suspiré recargándome sobre el balcón de mi habitación viendo a la distancia el hilo de humo que dejaba el fuego que estaban haciendo Alfredo y Ovidio para su carne asada, sin embargo, a pesar de tener mi mirada fija puesta en algo puntual, mi mente divaga en otras cosas. Como en la insoportable de Katia rondándonos día y noche, entrenando y preparándose para cuando le tocara tomar su cargo en la organización, el que Atenea se haya marchado con el imbécil de ese Gerardo llevándose con ella la esperanza de preservar su apellido en el Cártel, y que a pesar de Katia ser hija de Ismael, claramente Alejandrina no le había permitido entregarle su apellido.

Escondí mi carcajada cuando a la distancia pude notar como la pelinegra se tropezaba casi cayéndose de bruces, sin soltar su lata de bebida alcohólica. ¿Y ésta pendeja asumiría el mando a mi lado?

-La señorita llegó a su empresa, se bajó de un carro de alta gama con el pajarito cantor, patrón.-Sin responder a mi empleado que tenía la estricta orden de informarme todos los pasos que Atenea hacía en Estados Unidos, le bajé el volumen al radio.

Hacía tres días, cuando regresé de constatar que la finca que había ordenado a preparar cuando mi padre fuera rescatada se encontrara en condiciones, me encargué de la seguridad de Atenea sin el permiso de su padre o hermanos, un pequeño secreto o evasión de información que podría sonar psicópata, pero no permitiría volver a pasar por el estrés, el temor y la incertidumbre que se sintió cuando nuestros enemigos se la llevaron, porque por más de que aquel día les dimos un gran golpe matando a muchos de sus hombres, Manuel y sea quien estuviera detrás del tóxico que echaban en mi comida, siguen al acecho y no se rendirán tan fácilmente.

Le bajé el volumen al radio e ingresé al cuarto dispuesto a darme una ducha, antes busqué un poco de música para romper con el absoluto e inquietante silencio en el que estaba sumido desde hace días, pensando y buscando respuestas a mis dudas.

¿En qué había fallado? A pesar de que mi interés mayor es que mi trabajo no se derrumbe y mantenernos igual de firmes que siempre, no podía negar que había aceptado la petición que el Mayo me había hecho para mantener a Atenea aquí, por un segundo interés. Recuperar aquella bonita relación que alguna vez habíamos tenido y que creí haber olvidado.

La gran diferencia entre ustedes y yo es que ustedes son delincuentes mientras que yo soy una simple corrupta, yo no quiero su vida ni su peligro, por eso hoy me despido nuevamente. Era un pequeño fragmento que citaba en la carta que me había dejado pegada en la puerta de la cabaña y que no había logrado sacar de mi mente.

-Ivansillo, la comida está lista.-Dejé a un lado el shampoo y me giré cubriéndome para ver a Katia dentro del baño.-Oh cariño, no sabía que te estabas duch...

Abrí la puerta de vidrio de la ducha y saqué sólo mi cabeza.-¿Qué haces aquí? ¡Vete Katia!

-No te hagas el tímido mi amor, si te conozco completito.-Suspiré hondo y volví a la ducha para enjuagar mi cabello lo más rápido posible y salir. Enrede una toalla a mi cintura y salí del baño ignorando la mirada coqueta de Katia que jugaba con mi arma.-¿Quién tiene la otra mitad de este corazón? Es de un collar compartido ¿Cierto? ¿Quién lo tiene?

A Veces | Iván Guzmán| TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora