-A veces te amo, a veces te odio. Pero cuando te odio, es porque te amo.-Sentenció el hombre dejándose llevar por todos aquellos sentimientos que se habían contenido por tanto tiempo y terminó con los pocos centímetros que había entre ellos sellando...
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-¿En serio te vas a dejar convencer tan fácil, Atenea?-Dejé de ver al frente donde había máquinas de construcción trabajando en algo que no sabía qué, para ver a Gerardo sentando a mí lado en el tronco de un árbol caído, bebiendo de una lata de Tecate Light al igual que yo.-Mira no más como estás, siquiera puedes respirar.
Tomé aire tomándome el tiempo suficiente para pensar en qué iba a decir, qué iba a responder ante la insistencia que tenía Gerardo porque me volviera a Los Ángeles, que no permaneciera en un lugar rodeada de tanto peligro como decía él.
-¿Y si me encuentran allá? Además no tengo casa ni mucho menos amigos, mi ex me aisló de ellos y probablemente ninguno quiera volver a verme.
-No te sucederá nada si contratas escoltas y por lo de la casa...-Llevó la lata a sus labios y bebió su contenido.-De donde era tu departamento, vivimos a veinte minutos de distancia, puedes llamarme, puedes irte a mi casa.-Dio diferentes opciones encogiéndose de hombros sin verme.-O puedes irte conmigo directamente.-Dijo viéndome divertido pero con un tono serio.
-¿Tú estás loco?
-Creo que nos divertiremos, la mansión es lo suficientemente grande por si no quieres que nos veamos y...-Subí mi mano con la palma abierta hacia su rostro, pasando el sorbo de Tecate por mi garganta rápidamente para poder hablar.
-¿Neta dices que voy a estar en la casa de Gerardo Ortíz, con Gerardo Ortiz y no voy a querer verte?
-Me olvidaba que eres mi fan también.-Recordó él con una sonrisa en su rostro.-Te lo piensas y me dices ¿Sí? En una semana ya estoy libre, puedo esperarte otra si lo quieres, estaré en Culiacán mientras.
-Oye pero que buen servicio. Cinco estrellas, a finales de la semana próxima seguramente sea la fiesta por mi cumpleaños, luego me regreso.-Di un leve toque con su dedo pulgar en su frente haciéndolo reír.
-¿Quieres que vayamos a dar una vuelta?-Un poco dudosa acepté, sabía que Iván o Alfredo podrían estar rondando por cualquier parte de la hacienda y no quería que las cosas se malinterpretaran, no por el simple desliz que tuve con Iván.
-Pues vamos pero antes debo cambiarme.-Dije comenzando a caminar hacia la mansión para poder ir avisarle a mi padre, quien desconfiado le cedió a mi madre la palabra.
-Yo no creo adecuado que salgas, princesa.-Respondió ella finalmente, removiéndose en el sofá y dejando a un lado su iPad.-Aún estás herida y el loco ese está suelto.
-Pero me llevo seguridad, mamá.-Hice un puchero.-Ándale todo estará bien ¿Sí?-Ella pareció pensárselo por unos segundos hasta que hizo un gesto de desagrado, bufando pero asintiendo.
-Con la única condición de luego hablar contigo muchachito.-Apuntó a Gerardo quien se encontraba parado detrás mío con sus manos entrelazadas detrás de su espalda.-Ve con D...
-¡Ah chingadamadre!
-¡Iván por Dios!-Mi madre pasó de mí corriendo hacia el nombrado quien había ingresado quejándose, seguido de Pierre, Tyler y Vicente.-¿Qué hiciste mijo? No me digas que Nina te agarró.
