-Atenea, Iván murió.-Pronunció Alfredo antes de soltarse a llorar sobre mi hombro.
Sentí como mi cuerpo estaba paralizado, como mi mente gritaba que eso no era posible pero mi coherencia a la vez decía lo contrario, todos estaban expuestos al peligro de la muerte, pero Iván no, no podía ser él.
Tan rápido como pude, salí del abrazo de Alfredo, despegándome de él sin poder quitar mi mirada perdida de diferentes puntos de la casa.
-No...-Entre balbuceos logré formular una palabra con coherencia, todavía sin poder coordinar mi cuerpo como para poder ingresar a aquel cuarto y ver con mi propios ojos lo que sería uno de los dolores más grandes de mi.
Cuando caché a Ovidio negando con una leve sonrisa y su mirada en Alfredo, mi corazón se desbordó.
Hasta que la bastarda habló.-¿Tu no estabas presa en Estados Unidos? ¿Qué haces estorbando aquí?-Con brusquedad la quité del camino y rápidamente posé mi mano en el pomo de la puerta, respiré profundo y lo giré abriendo por fin la puerta dejándome ver sin problemas la enorme cama de dos plazas con Iván acostado sobre ella. Sus labios se encontraban de un morado extraño al igual que sus párpados y ojeras, contrastando con la palidez en su piel y la opacidad de su cabello.
Con fuerza cerré mis ojos sintiendo como se me baja la presión y un terrible mareo se cruzaba por mí. Al momento de volver a abrir mis ojos, logré percatarme de una incongruencia. El pecho descubierto de Iván, subía y bajaba. Archivaldo estaba respirando.
Sin mirar atrás, me dirigí a su lado en la cama y tomé su mano, estaba tibia y respiraba. COn suma delicadeza pasé la yema de mis dedos por su mejilla, su mano izquierda, su pecho.
-Iván se murió pero de la felicidad al saber que volvías-Alfredo se carcajeó sacando sólo su cabeza por la puerta.-¡Ja caíste pendeja!-Antes de que pudiera recomponerme del susto que ese idiota me había pegado, zarandeó una llave entre sus dedos a la altura de sus ojos.-Ahí tienen privacidad para su reencuentro y si es posible ya despiértalo, que el papel para bella durmiente en todo caso lo utilizaremos Yesenia y yo, con esa actuación que me hicimos ahí afuera.-Alfredo se rió por lo bajo de su travesura y cerró al puerta finalmente con llave.
A pesar de querer matar en ese mismo momento a aquél tonto de Jesús Alfredo, el alivio y la felicidad de saber que el torpe de Iván se encontraba relativamente bien, era mayor a cualquier otro sentimiento.
A una distancia cercana a su oreja, coloqué mi mano y con la otra la estrellé sobre esa, aplaudiéndole muy cerca de su oído y oreja. Pero ni así se despertó el menso.
-Oye-Tomé la libreta que estaba sobre su mesa de noche con lo que parecía ser un diagnóstico y comencé a leerlo, otra intoxicación.-Iván despierta wey.-Murmuré aún leyendo.
-No me digas wey.-Levanté mi mirada viendo como Iván me veía sólo girando sus ojos con sus párpados entrecerrados, con una voz ronca y rasposa. Hizo un gesto de sentir dolor al momento en que su nuez de Adán subió y bajó pasando saliva.-¿Estás bien?
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A Veces | Iván Guzmán| TERMINADA
Fanfiction-A veces te amo, a veces te odio. Pero cuando te odio, es porque te amo.-Sentenció el hombre dejándose llevar por todos aquellos sentimientos que se habían contenido por tanto tiempo y terminó con los pocos centímetros que había entre ellos sellando...