Masculino singular

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El sábado fue un buen día, aproveché la mañana para enseñarle a Marina mi pueblo, los sitios más característicos y algunas curiosidades. Comimos en casa con mis padres, mi madre y Marina encajaban a la perfección y desarrollaron una rápida complicidad que hasta me asustaba. Mi padre se esforzaba por ser simpático con ella aunque fuera un hombre de pocas palabras y mi hermano al principio estaba muy cortado con ella pero luego en seguida empezó a entablar algo más de conversación. La tarde la pasamos viendo películas y por la noche quedamos con Marta y Carlos para tomar algo. Rafael tenía razón, Marina me sorprendía para bien estando con ellos, bromeaba, los apoyaba cuando estos se metían conmigo, estaba muy animada y a mi me encantaba verla así, la mayor parte del tiempo tenía agarrada mi mano y se la veía relajada.

El cansancio de la noche anterior y haber dormido relativamente poco nos hizo volver a casa mucho antes que ayer, también la perspectiva de tener que viajar al día siguiente primero a Cádiz y luego volver a Sevilla. Yo estaba un poco nerviosa por la idea de conocer al hermano de Marina, ella me lo había descrito como un hombre agradable y simpático aunque me había advertido sobre no hablar con él de política, igualdad y muchas otras cosas porque "es bastante cerrado para muchas cosas". 

Nos metimos en la cama procurando no hacer ruido, la habitación de mis padres estaba al lado de la mía y ellos estaban ya acostados. Ella se abrazó a mi y yo la besé con ganas, jugaba con mi mano entre su pelo mientras que con la otra acariciaba su cuerpo por encima de la ropa. El beso fue cogiendo más intensidad y mi mano se aventuraba a zonas más íntimas del cuerpo de Marina lo que hizo que ella suspirara.

- Me da un poco de cosa estando tus padres en la habitación de al lado - me dijo entre besos apartándose ligeramente.

Yo negué con la cabeza sonriendo con malicia mientras metía mi mano por debajo de su camiseta para acariciar sus pechos, no llevaba sujetador, sentí como su piel se erizaba cuando pasé levemente uno de mis dedos por su pezón, ella soltó un pequeño gemido casi inaudible que me hizo reír mientras me mordía el labio inferior. Volví a repetir el mismo movimiento. Notaba como su cuerpo subía de temperatura.

- ¿Dejo de tocarte entonces? - le pregunté en un susurro mientras me ponía ligeramente encima de ella. Ella guardó silencio y cerró los ojos mientras mi mano seguía jugando debajo de su camiseta. Puse mi otra mano entre sus piernas haciendo algo de presión - estoy esperando - dije muy cerca de su oído.

- No, sigue... por favor - dijo ella con la respiración un poco acelerada antes de empezar a besar mi cuello con ganas.

Obedecí metiendo mi mano entre su pantalón y su ropa interior y empecé a hacer suaves caricias sobre su zona más íntima, ella reprimió otro gemido. Empecé a notar sus manos sobre mis pechos lo que hacía que me encendiera más aún. Necesité mis dos manos para quitarle la camiseta y los pantalones, ella se deshizo también de mi camiseta ya que yo no llevaba pantalones. Me coloqué encima de ella sintiendo su piel bajo la mía "te deseo" le dije al oído antes de empezar a descender con mi boca por su cuerpo. Besé y lamí sus pechos, entreteniéndome en ellos, seguí mi descenso y coloqué mi cabeza entre sus piernas, besé el interior de sus muslos mientras pasaba mis dedos por encima de la tela que todavía cubría su sexo. Con delicadeza aparté un poco hacia un lado la tela y pasé mi lengua entre los pliegues de su piel, miré hacia su cara, ella se mordía el labio inferior y arqueaba un poco la espalda con mis movimientos, notaba en mi boca su calor y su humedad y aquello me enloquecía. Lo hacía lento, quería saborear todo lo que podía ofrecerme. Ella gemía despacio, intentando no hacer ruido, a veces se cubría la boca con una de sus manos. En un momento dado me separé para terminar de desnudarla y sustituir mi lengua por mis manos, ella tiró un poco de mi y terminó también de desnudarme, yo me centré en besar su cuello y morderlo ligeramente mientras introducía mis dedos dentro de ella cada vez más rápido, noté una de sus manos entre mis piernas haciendo pequeños círculos al rededor del foco de mi placer, de vez en cuando hacía algo de presión lo que hacía que yo ahogara algunos gemidos besando su cuerpo "no sabes como me pone tocarte" la escuché decir sobre mi oreja antes de morderla. Ella estaba a punto de llegar por lo que yo intensifiqué la velocidad de mis dedos a la vez que imitaba los movimientos de su mano sobre mi sexo, vi como con la mano que ella tenía libre se agarraba fuertemente a las sábanas y poco después empecé a notar las contracciones que indicaban que había llegado, ella siguió unos minutos más hasta que me hizo llegar a mi.

Me quedo contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora