El rocanrol de los idiotas

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La noche estaba estupenda, no hacía demasiada calor y la brisa que se movía hacía que fuera sumamente agradable. Estábamos charlando sobre nimiedades. Entonces Javi tuvo lo que a él le pareció la mejor idea del mundo y que a mi me hizo tragar saliva.

- Vamos a jugar al yo nunca - propuso él.

Todos dijeron que sí menos Marina que lo miraba extrañada.

- El yo nunca, alguien dice "yo nunca..." y dice algo que haya o no hecho y los demás que sí lo hayan hecho beben, si no lo han hecho nunca pues no - explicó él - venga, empiezo yo, yo nunca me he saltado una clase.

Todos reímos porque todos bebimos, incluso Marina lo que hizo que todos riéramos aún más.

- Joder que soy profe pero antes fui alumna - se excusó ella.

Era el turno de Alba.

- A ver... yo nunca me he emborrachado y he dicho a mis padres que algo me había sentado mal - dijo ella riendo.

Todos bebimos menos Marina que miraba a sus sobrinos con una cara de fingido reproche, más a los pequeños.

- Yo nunca me he metido en una piscina sin que estuviera abierta y he tenido que correr de los municipales - soltó Lucas.

Yo solté una carcajada sabiendo que lo decía por mi aunque me sorprendí al ver como Javi, Alicia y Andrés también bebían, nadie pareció fijarse en que Daniel también bebió un par de segundos después.

- Yo nunca he besado a alguien de mi mismo sexo - dijo entonces Ceci. Eso era una cierta maldad y lo demás tontería.

Bebí, Lucas bebió también (Yonkola se quería mucho y sus miembros más todavía), también lo hizo Alicia y Marina. Las miradas fueron todas hacia ella.

- Ay dios... no me gusta este juego - dijo ella riendo con fuerza - ya os he dicho que aunque penséis que no yo también he sido joven...

- Mientes - le susurré al oído acercándome a ella, Andrés y Ceci se miraron cómplices.

Seguimos jugando un rato más, cada vez la cosa se ponía más pícara y Marina se sorprendía enormemente con las cosas que decían haber hecho sus sobrinos, aunque no era una sorpresa que reprochara.

- Bueno - era el turno de Alicia - yo nunca me he tirado a alguien de mi mismo sexo - soltó antes de dar un largo trago a su cerveza.

Yo miré a Marina que miraba alternativamente a su sobrina y su vaso. Yo bebí.

- Creo que yo me voy a retirar ya... que demasiada información por hoy - dijo Marina levantándose algo sorprendida por su sobrina y su naturalidad. Ninguno de sus sobrinos se habían sorprendido ante tal declaración y a decir verdad yo tampoco.

Ella se giró mientras los demás reíamos y vi como le daba un trago largo a su copa hasta acabársela lo que hizo que Alba no pudiera evitar una larga carcajada que se nos contagió a todos. Marina se despidió con la mano, le pregunté si me iba con ella y me dijo que no, que me quedara que todavía tenía muchas cosas que contar mientras reía. Estuvimos un rato más jugando. Me alegré de que Marina no estuviera para escuchar las cosas que sus sobrinos estaban contando pues, al fin y al cabo no dejaban de ser sus sobrinos. En un momento dado me levanté para ir a por otra cerveza a la cocina y Alicia vino detrás de mi.

- Así que te gustan las chicas... - afirmó poniéndose a mi lado apoyada en la encimera mientras yo abría la nevera.

- Bueno... yo he admitido sólo lo que tú, que me había tirado a alguna chica - dije concentrada en separar una cerveza del pack. Se la di a ella y cogí otra para mi - ¿y cómo llevan tus padres que te gusten a ti? - pregunté con curiosidad.

Me quedo contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora