Iba a darle las tres cosas que le había comprado luego por la noche, pero cuando despertó sin apenas sonreír supe que al menos los bombones se los tenía que dar por la mañana así que me levanté un poco antes que ella procurando que estuviera dormida. Me dirigí hacia la cocina y le preparé el desayuno, Alba reía divertida, ella y Lucas tenían que irse porque ese era el plan, volverían después de comer para prepararlo todo para esta noche.
- ¿Qué le piensas llevar el desayuno a la cama? - me preguntó viendo como buscaba una bandeja que había visto en estos días por allí.
- De alguna manera tengo que compensar ciertos comportamientos - dije sin querer entrar en muchos detalles.
- Vamos, que anoche encima la dejaste con las ganas - soltó ella riendo divertida.
Yo me sonrojé un poco, lo notaba.
- Sí - me limité a contestar. Ella soltó una carcajada.
- Tiene que estar hasta de mala leche aunque no lo muestre, esta noche igual nos pega - bromeó ella.
Saqué la caja de bombones que la había escondido en uno de los muebles de la cocina, la puse también encima de la bandeja y recé porque no se me cayera nada. Le había preparado café, zumo de naranja y tostadas. Entré en la habitación como pude y allí seguía ella, dormida. Me quedé unos minutos observándola decidiendo cómo despertarla. Opté por la opción que mejor me pareció. Así que me dirigí hacia ella y empecé a darle suaves besos en el cuello, acaricié su pelo, sus brazos, ella empezó a despertar poco a poco.
- Cumpleaños feliz... cumpleaños feliz - empecé a entonar cerca de su oído, ella sonrió y no se giró hasta que no terminé de cantar - feliz cumpleaños mi amor - le dije dándole un dulce beso en los labios.
- Gracias cariño - dijo tirando de mi para colocarme encima suya, empezó a besarme mientras metía sus manos debajo de mi camiseta.
- Se te va a enfriar el desayuno, encima de que te lo he traído - dije yo separándome de ella, ella me miró sorprendida y con cierto reproche a la vez.
Me levanté para acercar la bandeja hasta ella, le había pegado una nota a los bombones que ponía "Para el amor de mi vida", sí, era cursi pero es lo primero que se me había ocurrido. Ella me miró con una gran sonrisa y con cierta emoción en sus ojos, no me podía creer que ese simple gesto la hiciera sentirse así y me sentí mala persona por jugar con ella de esta forma. Desayunamos las dos juntas entre risas y besos. Cuando terminamos de comer ella quitó la bandeja de en medio y volvió de nuevo a intentar provocarme. Esto no podía salir bien de ninguna manera.
- ¿Te sigue doliendo la cabeza? - preguntó susurrando en mi oído mientras metía su mano entre mis piernas.
Cuando iba a contestar que más que ayer tocaron a la puerta y en vez de maldecir agradecí enormemente que la voz de Javi preguntara al otro lado que si podía entrar, ella volteó los ojos y se separó de mi colocándose bien la ropa y el pelo antes de darle paso a su sobrino.
- Feliz cumpleaños - gritó antes de abalanzarse sobre ella en la cama.
Los tres reímos mientras que ella abrazaba con fuerza a su sobrino dándole las gracias. Me incorporé cuando el resto de personas que convivían con nosotras aparecieron por allí con el mismo entusiasmo para felicitarla, ella reía feliz y pensé que tampoco estaba mal que tuviera este ratito al menos. Después de un rato volvieron a dejarnos solas, Alba y Lucas se fueron de la casa, también Germán que nos dijo que no lo esperáramos para comer. Javi propuso que fuéramos nosotros tres a comer algo por ahí y así celebrar el cumpleaños.
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Me quedo contigo
RomanceAna es una chica de 26 años que canta en el grupo de versiones rock "Yonkola", su vida está dedicada a la música, la poesía y el abuso de drogas y alcohol al que somete su cuerpo cada fin de semana. Hace dos años llegó a Sevilla y fue allí cuando co...