Señora

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Me despertó bruscamente el sonido de la puerta y una voz que decía rápido "Marina". Recé porque fuera Lucas o Alba, como mucho que fuer Javi, incluso Andrés, Ceci o Germán me bastaron. Mi respiración se aceleró a límites no antes explorados al ver la expresión de expanto de Chari. Me separé rápidamente mientras vi una cara de auténtico terror en el rostro de Marina que se incorporó rápidamente. Chari cambió su expresión por una de asco y cerró la puerta saliendo de la habitación.

- Mierda, mierda, mierda - repitió Marina una y otra vez visiblemente nerviosa.

Se levantó rápido de la cama y empezó a vestirse. Yo la imité.

- Marina... Marina cariño - dije intentando acercarme a ella mientras ella recorría toda la habitación de un lado a otro sin quitarse las manos de la cara, respiraba con dificultad.

- Joder no... me cago en la leche Ana... joder... - estaba muy angustiada, noté como empezaba a llorar.

Conseguí pararla y la retuve con fuerza entre mis brazos. Fuera sonaban varias voces que vendrían del salón o de la cocina.

- Tranquila... tranquila, por favor, tranquilízate, te va a dar algo - le expliqué sosteniendo su cara con mis manos obligándola a mirarme - estoy contigo...

- Pase lo que pase quiero que sepas que yo también - respondió ella al cabo de unos minutos abrazada a mi algo más tranquila.

Salimos de la habitación. Marina se santiguaba por el pasillo y yo con ella. Las voces se escuchaban cada vez más cerca y yo tenía auténtico miedo, Marina agarraba mi mano con fuerza, de hecho con mucha. Llegamos hasta el salón. La escena era digna de película de Almodóvar, estaban todos sentados al rededor de la mesa, Chari sobre un sillón respirando con dificultad mientras su marido Servando le echaba aire con un abanico y Loli le ofrecía algo de agua. La tensión se podía cortar con un folio. Yo ni siquiera sabía donde mirar y Marina no era capaz de articular palabra.

- Es... asqueroso - rompió el silencio Chari mirando con desprecio a Marina que agachó la cabeza - siempre has sido muy rara pero no pensaba que tu cabeza estuviera tan mal, estás loca, ¿me oyes? Loca - gritó ella.

Yo sentía una mezcla entre rabia y vergüenza que me impedía moverme del sitio.

- Chari - consiguió decir Marina al cabo de unos segundos.

- Y encima pretenderás justificarte... te estás... acostando con esa niñata, aquí, en casa de tus padres y de los míos... me das asco - gritó de nuevo ella poniéndose a la altura de Marina.

- La quiero - dijo Marina levantando la cabeza y mirando a su hermana desafiante.

Vi como su hermana levantaba la mano y me puse entre las dos recibiendo yo así la hostia que sin duda iba para Marina.

- No te voy a consentir eso - dijo Marina apartándome y empujando a su hermana - y me da igual que lo sepáis todos, la quiero, la quiero como no he querido a nadie en mi vida, ¿me oyes? A nadie... estoy harta de ser lo que todos queréis o creéis que soy... harta de tener que aguantar que me digáis que no soy lo que papá y mamá querían... harta de esconderme - gritó con rabia mientras lloraba, le temblaba la voz pero su cuerpo sostenía una firmeza increíble.

Chari volvió a alzar la mano y Germán se metió en medio, Marina había arremetido también contra su hermana, yo tiré de ella.

- Esa se va de mi casa, que lo sepas - gritó señalándome.

Me quedo contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora