En aquella cafetería de la calle Sierpes se concentraban unas veinte personas, a decir verdad más de las que esperaba. Sostenía en mi mano con fuerza como si no terminara de creerme que eso estaba ocurriendo el primer ejemplar de aquellos "Poemas para Marina" que me había entregado la editorial. Ver mi nombre en la portada suponía una ilusión inmensamente grande, cuando hace años empecé a escribirlo no sabía que algún día podría llegar este momento y más aún cuando se retrasó la publicación del mismo casi un año completo.
- ¿Estás bien, amor? - preguntó una voz a mi espalda mientras notaba unas manos sobre mis hombros.
- Contigo siempre - respondí girándome con una gran sonrisa.
Ella rodeó mi cuello con sus manos y se acercó aun más a mi. Yo posé mis manos en su cintura y mi frente junto a la suya.
- Te quiero tanto - dije notando como mis ojos se llenaban de lágrimas.
Ella sonrió y acortó la distancia que había entre nuestros labios.
- Tenemos que empezar - nos interrumpió Lucas.
Salí hacia donde estaba el resto de gente. La mayoría de las caras eran conocidas para mi. Si miraba justo al frente encontraba a mis padres, con un orgullo inmenso que jamás sabré recompensarles. Al lado de ellos mi hermano, mirándome como si fuera una especie de heroína, título que nunca creí merecerme ante sus ojos. Junto a ellos estaban Carlos, Marta y Candela que sonreían. Sentí los ánimos mudos que Candela pronunció.
Al otro lado se encontraba Yonkola, comandados por un Rafael que sonreía con fuerza mientras "peleaba" con Lukita, el hijo de Lucas que estaba sentado junto a Alba. Se podía ver la complicidad que habían desarrollado Alba y el niño que no dejaba de revolverse en la silla que le habían asignado y que me señalaba pidiéndole a Alba que lo dejara acercarse. También estaban Claudia y Nacho, me había sorprendido ver llegar unos minutos antes a Germán y Javi.
Respiré hondo y dejé salir el aire con fuerza.
- Buenas tardes, en primer lugar quiero daros las gracias por estar aquí y por acompañarme en estos momentos... todos y cada uno de vosotros habéis formado parte de alguna manera en que yo haya conseguido publicar este libro, a unos porque os conozco y sacáis la mejor parte de mi, otros porque me habéis leído y me habéis hecho continuar... no sé qué decir... si hace un año me dicen que la vida me tendría hoy aquí presentando mi libro no me lo creería, mucho menos que mi vida dejaría de ser un poema para ser real - esto último lo hice sin poder evitar mirar a Marina que se había sentado junto a Alba - no quiero entretenerme demasiado en esto pues como cualquier persona que se dedique a escribir supongo que sentirá lo mismo, es un orgullo inmenso ver la aceptación del público y la recepción de tu obra, así que gracias, es todo lo que puedo decir.
No se me daban bien los discursos, cualquiera que me conociera lo sabía, así que me limité a recitar el poema del que más orgullosa me sentía y que definía en su máximo esplendor el por qué de este libro.
Quiero evocar tus palabras
saber que van dirigidas hacia mi
tus gestos, tus caricias, tus miradas
y todo lo que me queda por aprender de ti,
quiero ser quien te haga feliz.
Quiero hacer uno de nuestros latidos
y que me mandes a veces a callar
quiero ser quien te altere,
quien te desnude y quien te arrope,
el asiento del copiloto de tu coche,
y que nos invitemos a cenar.
Quiero escribirte mis poemas
y que no me avergüence al leerlos
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Me quedo contigo
RomanceAna es una chica de 26 años que canta en el grupo de versiones rock "Yonkola", su vida está dedicada a la música, la poesía y el abuso de drogas y alcohol al que somete su cuerpo cada fin de semana. Hace dos años llegó a Sevilla y fue allí cuando co...