Narrador Omnisciente.
Obviamente la visita de Melisa en su departamento no había sido tan grata, estaba un poco pensativa a la hora del almuerzo y lo único que le hizo sonreír era cuando Emma balbuceaba o pedía ser cargada por Poché. La pequeña tenía ya cinco meses, o por lo menos los cumpliría mañana, lunes.
Pero los días luego a ese pasaron volando, y nuevamente estábamos en fin de semana, o por lo menos en el comienzo de éste. Había renunciado a la cafetería por el simple hecho de que odiaba ser irresponsable y faltar tantos días, pero si no lo hacía ahora, no tendría más tiempo después.
Había pensando la última semana en dedicarse a otra cosa, pero aún no se decidía bien. El insomnio era cada vez peor y por las mañanas sólo deseaba dormir, y eso le estaba trayendo consecuencias. El mal humor en ella se notaba a millas, Valentina se sentía impotente porque no podía hacer nada, la madre de Juli había hablado con ella cuando fue a pedirle un consejo.
"Sólo necesitas darle su espacio y tenerle paciencia." le dijo la mujer como consejo.
Así que ese viernes, a las 16:38 horas del día, se encontraba tirada en el sofá cama pensando que iba a hacer para conseguir más dinero; tal vez alquilar un nuevo apartamento no era la mejor decisión en este momento, y tal vez nunca.
Suspiró cuando escuchó a su hermana tocar su teclado en la sala; se había dado cuenta del daño que le había ocasionado la última semana. Decidió levantarse hasta que escuchó aquella canción saliendo de sus labios.
María José era una chica de gustos distintos, podía escuchar cualquier tipo de música, a cualquier artista, pero actualmente tenía una debilidad: el nuevo álbum de Ariana Grande. Y Valentina, su hermana, lo sabía.
Así que dos días atrás comenzó a practicar en el aula de artes del colegio, la canción que le parecía mejor de ese álbum.
Moonlight salía de los labios de Valentina y del teclado. Y a pesar del significado que había entendido al inicio del estreno de la canción, Vale le había dado un significado distinto.
Poché se quedó del otro lado de la puerta hasta que Valentina terminó de cantar, no sabía si era un vídeo para su canal, pero no quería errar e interrumpir algo.
Segundos después, Valentina hizo el saludo que hace al inicio de cada vídeo. No estaba equivocada.
-Estoy muy orgullosa de ti.- susurró María José desde el umbral de la habitación, podía ver a Valentina desconectando la cámara. -Y yo... Lo siento si soy inestable, trato de no serlo, pero estas medicinas me traen vuelta loca.- no quería llorar, no era el momento para hacerlo.
-Poché.- llamó Valentina mientras se acercaba con cautela. -Todo está bien, te lo prometo. Pero necesito que confíes en mí, que me digas como te sientes, que descanses en las noches y seas tú por las mañanas.- tocó con sus dedos el antebrazo de la mayor y sonrió a medias. -Quiero que seas tú la que esté a mi lado siempre, que no me importan los chicos que quieran estar conmigo, que no me importa si Juli se va, ni siquiera me importa Mel.- sabía que lo de Juli era algo que dolía pero su confesión valía la pena. -Eres mi hermana mayor, eres fuerte y me duele verte así, tan frágil y pequeña. Pareciera que yo soy la mayor mientras tú te derrumbas día a día en nuestra habitación.
-Vale... Yo...- y ahí, en el umbral de la puerta se abrazaron en un mar de llanto, siempre habían sido muy apegada una a la otra, pero la enfermedad de Poché había roto aquel lazo, uno que estaban dispuestas a arreglar. -Vamos a estar bien...- susurró minutos, que parecieron horas, después.
-Comenzaremos mañana con la mudanza, los padres de Juli y ella vendrán a ayudarnos.- Valentina avisó mientras limpiaba las mejillas de su hermana.
Había renunciado al único trabajo, oficial, que había tenido luego de separarse de Melisa. Era duro, pero al parecer Laura y ella pensaban igual: hacía falta un cambio.
