Nota: la canción es para el final (de preferencia).
Narra Poché.
Los días difíciles habían llegado y con ello el mal humor de Calle. Entendía un poco el estrés que podían traer las últimas semanas de clase, sin embargo, también había estado distante conmigo.
No tomé en cuenta eso, pues quería concentrarme en otros asuntos que parecían tener más importancia.
–¿Calarts?- pregunté sorprendida mirando a mi hermana y a Nicolás. –¿Es enserio?
Valentina me miró mientras Nico jugaba con Emma. –Poché, Calarts es una de las mejores escuelas de arte. Nico quiere estudiar cinematografía y a mi me encantaría estudiar música.
–Mis padres dicen que pueden enviarme a California, aunque les da un poco de miedo el que viva solo en un país donde no tendré a nadie.
–¿Entonces tú esperas que Vale se vaya contigo?- pregunté incrédula.
–Poché... Es mi sueño.- Valentina habló.
–No. Tú sueño era estudiar música y aquí en la ciudad hay una escuela para eso, en los estados vecinos tenemos buenas universidades.
–Pero...
–He dicho que no.- sentencié antes de levantarme para tomar a Emma y caminar hasta el pasillo. –Y Nico, te quedan veinte minutos antes de que venga tu madre.
Entré a la habitación encontrando a Daniela en el suelo frente a los escritorios.
–Estás siendo muy dura.- dijo apenas cerré la puerta.
–Por Dios, Daniela.- dejé a Emma en el piso y le entregué los peluches que estaban en el sofá. –Ella quiere irse a California con un chico, apenas es una niña.
–Lo es.- dejó lo que estaba haciendo y me miró desde su posición. –Pero ella necesita seguir sus sueños y...
–Ella siempre dijo que se quedaría a estudiar aquí.
–¿Cuál es tu sueño más grande, Poché?
–No. No salgas con eso ahora.- la señalé. –Eso es injusto.
–¿Por qué? ¿Por qué tu eres la mayor?- dejó las tijeras sobre el papel que estaba usando. –Ella te apoya en todo. Deberías de considerarlo, aún quedan cuatro meses.
–Apenas va a cumplir diecisiete.
–Ella no tiene la culpa de entrar antes al colegio.- sonrió haciendo que yo copiara su acción.
Me arrastré a la puerta y la abrí un poco. –¿Val?- grité.
–¿Qué?
–Lo pensaré.- grité de vuelta y luego volví a cerrar. Los siguientes diez minutos estuve jugando con Emma, le enseñaba los sonidos de algunos animales y también jugaba con sus peluches. Daniela siguió sumida en lo suyo hasta que un suspiro salió de sus labios y los ojos de Emma se cerraron.
El sábado llegó más rápido de lo normal, habían sido los tres días mas rápidos que habían pasado. Entre acreditaciones de idiomas y entregas para revisión de proyectos, Poché despertó el sábado con Emma entre su cuerpo y el de Daniela. Su hermana se acomodaba en el sofá con Juli a su lado.
Habíamos visto una película de dos horas, era romántica como las que Daniela y Valentina amaban. Tomé el móvil para ver la hora: 07:39 de la mañana, hoy era 15 de diciembre, hoy era el cumpleaños de Calle.
Me moví entre las sábanas intentando salir de entre ellas, llamé la atención de Emma quien me miró con curiosidad. La tomé en mis brazos para llevarla a la cocina conmigo.