Narra Daniela.
Sí. Estaba celosa.
Pero es que Poché tenía una forma tan especial de ver a las personas que pronto podías darte cuenta cuando alguien llamaba su atención.
Valentina había mentido cuando Poché nos miró cerca de donde estaba con la bailarina. La verdad es que yo iba detrás de ella para simplemente hablarle y saludarla, pero me había quedado estática de lo que mis ojos vieron.
Para muchos no será la gran cosa, pero luego de conocer los comportamientos de María José podías darte cuenta de todo. Absolutamente todo.
Durante el show no me podía concentrar en otra cosa más que en el rostro de la chica que se acomodaba a mi lado.
–¿Ya te vas?- Laura dijo haciendo que todas me miraran.
–Sí, yo... Kim se quedó con Emma y tengo que ir a recogerla.- Sonreí apenada mientras acomodaba mi bolso.
–Puedo llevarte si quieres.- Poché se ofreció.
–¿No iremos a cenar con Alexa?- preguntó Lucía. –Puedo acompañarla yo, en taxi, claro.- Lucía se alejó de las chicas y caminó hasta donde estaba.
Laura dijo algo a Poché y ella asintió. –Nos vemos después, gracias por venir.- dijo y se despidió con la mano.
–Esperaba que insistiera un poco más.- confesé cuando estuvimos fuera del auditorio.
–¿Si está con Kim?- preguntó refiriéndose a Emma. Negué.
–Está con mi padre, dijo que quería pasar un tiempo con ella... Supuestamente llegaría por ella en la noche y...
–¿Quieres ir a tomar un café?- preguntó Lucía mientras paraba un taxi. Asentí y tomé su mano para subir al taxi.
La cafetería estaba llena, había parejas compartiendo pastelillos y otros tomaban una malteada de la misma pajita; era la cafetería donde Poché y Laura trabajaban hace tiempo, ya no se miraba igual y se debía al cambio de dueño que había sufrido el pequeño establecimiento.
Miré nuevamente la tasa mientras esperaba a que Lucía terminara de hablar con Sofía.
–He vuelto... Perdón por eso.- dijo sentándose nuevamente frente a mí.
–No te preocupes.- Sonreí con sinceridad, en verdad no me importaba. –Es bueno estar enamorada, ¿no es así?- pregunté antes de tomar un sorbo a mi bebida.
Vaciló en responder mientras su dedo delineaba la orilla de la taza. –Lo es, pero creo que sería más lindo si mis padres me dirigieran la palabra.
Sabía de aquella situación, había recurrido a mí por consejos la noche en que todo pasó. –Imagino lo difícil que puede ser... No he pasado por ello directamente pero... Creo que puede asimilarse un poco a que mi madre no me quiera luego del embarazo.
–Nunca hablaste de tu pasado... ¿Cómo era?
Le conté todo, con los detalles más mínimos que podía encontrar. Le conté sobre mi primer novio, la primera pelea con mi madre, el maltrato que comencé a sufrir a su lado, el colegio y mis amigos, la forma en que me alejé de mi mejor amiga Dina... Y la noche que al parecer fue concebida Emma.
–... Lo peor de todo es que las expectativas de venir a vivir con mi padre eran demasiado grandes y ahora... Me encuentro viviendo sola en un apartamento pequeño y que trae recuerdos dolorosos.- terminé de decir. Lucía se había mantenido callada escuchando todo, de vez en cuando me interrumpía para obtener un detalle extra de alguna situación pero siempre estuvo atenta. –Además que aún mantengo la esperanza de que Mafe me hable para pedirme perdón.