43. Arruinar todo.

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Narra Poché.

–Yo me bajo aquí.- Valentina avisó apenas las puertas del elevador se abrieron. –Una hora, lo prometo.- gritó antes de que las puertas se cerraran.

Entré al apartamento cargando las bolsas de papel con la comida que había comprado en el súper. Valentina se había bajado para ir con Juli y mostrarle los cuadernos que había comprado para estos últimos meses de clases.

Había aceptado que Valentina fuera a Calarts en California, no podía obligarla a estudiar donde no se sintiera cómoda, al parecer haría un examen de admisión en mayo e iríamos a California; yo acompañaría a Nicolás y a mi hermana. Lo habíamos hablado con la familia del chico, y aunque no eramos cercanas preferían que su hijo fuera a hacer el examen de admisión con un "adulto".

Comencé a sacar las cosas ur había traído y las acomodé en las alacenas a las que correspondían, esta vez Zayn junto a Sia me hacían compañía.

Pensaba en los primeros cinco días que habían pasado en el año; el tiempo corría muy rápido entre más vieja me hacía.
Con Daniela las cosas iban bien, al parecer "el tiempo" que nos estábamos dando le estaba sirviendo para conocerse a sí misma y saber lo que quería; nuestras pláticas por las noches no pararon, yo desde la cama y ella en el sofá.

Obviamente me dolía no tener la misma cercanía de antes, pero no quería hacernos daño por algún error que cometiéramos.

Me habían quitado la medicina durante la primera semana del año, como todo el tiempo cada siete meses; intentaba estar tranquila y no pasar por situaciones que implicaran muchos sentimientos. No quería armar un show por un estúpido ataque de "perrito chihuahua" como lo llamaba Zac.

El ruido en la habitación llamó mi atención cuando me deshice de mis auriculares, caminé con cautela hasta mi habitación donde los ruidos se hacían cada vez más altos. Antes de abrir la puerta miré que Emma estaba acostada en su cuna, sonreí tomando el pomo de la puerta y abrí encontrándome con una escena muy desagradable.

El chico se levantó de la cama cuando estampé la puerta contra la pared, sentía mi rostro rojo de la pena y el enojo.

–Al menos hubieras avisado que tendríamos visita.- Murmuré mirando hacia donde estaba mi sofá. –Digo, así hubiera traído cena para una cita de tres.- agregué molesta y sarcástica.

–Poché...- Daniela se acomodó sus pantalones mientras caminaba hasta donde estaba.

–Fuera de mi habitación.- dije intentando retener mi ira. –No me toques.- ella intentó tocar mis brazos y los alejé de ella. –¡FUERA!- grité al chico que aún se colocaba su ropa. –¡MALDITA SEA!- grité cuando miré que se tomaban las cosas con calma.

El llanto de Emma se escuchó desde la otra habitación, así que corrí hasta ella y la tomé en los brazos, al parecer mis gritos la habían despertado.

–Cariño, lo siento...- susurré sintiendo un nudo en mi garganta. Miré hacia el techo intentando retener las lágrimas, podía escuchar como alguien andaba por el pasillo.

Moví a Emma entre mis brazos mientras intentaba calmarla y calmarme. Cuando no pude más la dejé en la cuna nuevamente, un ataque llegaría, lo presentía apenas la dejé sobre el colchón.

Mis ojos se nublaron y mis piernas fallaron haciendo que cayera sobre el piso alfombrado. –No, no, no...- susurré intentando mantener mis manos calmadas al igual que mi respiración.

Narra Daniela.

–Vete, por favor.- le dije a Juan Pablo.

No sabía que era en lo que estaba pensando cuando lo dejé pasar, cuando dejé que todo esto siguiera luego de meses. El llanto de Emma volvió a escucharse, corrí hasta la habitación luego de cerrar la puerta principal con el pestillo; la escena que mis ojos presenciaron era horrible.

–Sácala de aquí...- María José estaba en el suelo frente a la cuna de Emma. –¡HAZLO!- gritó haciendo que diera un brinco.

–Llamaré a tu médico.- dije apenas cogí a Emma en mis brazos, quien seguía llorando.

–Laura...- susurró pérdida mientras sus manos y su cuerpo temblaban con peligrosidad. –Mamá...- susurró haciendo que saliera de la habitación dejándola sola.

Laura llegó apenas colgamos la llamada, gracias al cielo ella venía para el apartamento para entregar unas cosas a Poché. El médico llegó después y detrás Valentina.

–¿Qué ha pasado?- preguntó cuando el médico salió de la habitación. –¿Qué pasa, Dan?- preguntó a punto de romperse.

–Ella... Ella tuvo un ataque en la habitación de Emma...- dije sin mirar a nadie. –No sabía que hacer, así que llamé a su médico.

–¿Va a estar bien?- Vale se dirigió al medico.

–Ella está sedada, le puse un calmante porque no podía hacer que se tranquilizara... Necesito saber que fue lo que la puso así, eso nunca había pasado en sus descansos de la medicina y me preocupa que los medicamentos no vayan a funcionar luego.

–¿Podemos hablar afuera?- pedí al médico quien recogía sus cosas en el maletín. El hombre asintió y pronto salimos del apartamento. –Ella tuvo una discusión conmigo, más bien fue algo que le molestó cuando recién llegó al apartamento. Yo... En verdad no quería que pasara, yo no pensé que eso pasaría y la verdad yo... Yo no quería.- sollocé.

*     *      *

Valentina me miraba desde una esquina del sofá, había decidido contarle lo que había pasado con su hermana, obviamente no estaba orgullosa por lo que había pasado, así que había tomado una decisión. Aceptar el apartamento pequeño que papá había comprado para mí.

–Yo entiendo que las cosas no estaban yendo bien.- Valentina por fin habló, su ceño estaba fruncido y sus ojos parecían estar más cansados. –Pero eso no fue lo que alteró a Poché... En parte lo fue pero...- miró al pasillo, Laura apareció cargando a Emma.

–Es mejor que me vaya de una vez, mi madre se molestará si cancelo esta salida.- frunció los labios y me entregó a Emma. –Deberían de ir a la habitación, ella está despierta ya... Un poco desorientada pero despierta.- dejó un beso en mi cabello, luego se despidió de Vale y se fue.

–Es mejor que vayas tú.- dije a Valentina. –No creo que ella quiera verme y...

–Iré a ver que pasa.

Lo había arruinado todo.

Nota: mi compañera de universidad, me explicó que a ella le quitan los medicamentos una semana cada seis meses para ver como reacciona sin ellos, cualquier situación estresante puede causar que los temblores lleguen y tengan un ataque de parkinson.

ELSKER DEG; cachéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora