62. Je t'aime.

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Dedicado a: DiAnEvA_34

Narra Poché.

–Hablemos de amor.- dije a Dani mientras se sentaba dentro de la bañera, era tarde y Emma había ido a dormir.

Octubre estaba a la mitad, nuestros días rutinarios no eran tan aburridos como pensábamos pero sí extrañábamos a Diana, la chica que cuidaba de Emma por las tardes. 

–¿Amor?- dijo ella sorprendida. –Hace unos segundos pedías hablar de extraterrestres.- ella se acercó pasando sus piernas sobre las mías. Estábamos frente a frente. –Pero contigo puedo hablar de todo y nada.

Mis brazos rodearon su cintura desnuda y la acerque más. –¿Qué es lo que te gusta de mí?

–Tu forma de ser.- ella respondió con dulzura. –Tu fortaleza... Tus ganas de salir adelante... Tu rostro, tu cabello teñido y el natural, tus locuras y tu comida.- rió con suavidad mientras mis manos delineaban su columna.

–¿Amas mi comida?- pregunté ladeando la cabeza, ella cubrió mi rostro con sus manos llenas de espuma.

–Te amo a ti, en cualquier parte del mundo; en la cocina, sobre el sofá, en la habitación de nuestra hija, con los perros, en el escritorio mientras haces deberes... En la cama...- susurró lo último causando que un escalofrío recorriera mi espina dorsal. –Con ropa formal, en pijama y desnuda.- sus manos habían recorrido mi rostro hasta llegar a mis pechos.

–Yo te amo en español, en inglés y en francés.- dije causando una risita en ella.

–Nunca me lo has dicho en francés.- susurró acercándose aún más, como si eso fuese posible. Mis manos bajaron a su trasero apretándolo con suavidad. –¿Mmh?

–¿Qué?- pregunté en un susurro.

–Que nunca me lo has dicho, ¿o sí?- su boca llegó a la mía pero sólo la rozó, decidió que era mejor bajar a mi cuello.

–Te lo diré un día de estos...- susurré contra su oído.

La mañana siguiente llegó con rapidez avisando que ya era sábado, hoy no tocaba viajar a la oficina hasta luego del almuerzo para entregar papeleo pendiente. Aún así, desperté temprano con la sensación de que sería un día diferente; una ducha matutina, jeans de mezclilla y una camisa amplia con el logró de AM en el centro y estaba lista. Mi cabello tinturado ya estaba perdiendo su color pero esa era la intención, ahora sería peliverde.

El desayuno lo prepare en compañía de tres canes que esperaban que algún trozo de embutido o fruta cayera al suelo, los cuatro salimos a la acera para que hicieran sus necesidades y luego volvimos para encontrarnos con dos chicas en la mesa. Emma vestía su pijama al igual que su madre, quien apenas se sentaba en la silla.

–¡Buenos días a las mujeres más bellas!- dije apenas cerré la puerta detrás de mí.

El desayuno estuvo lleno de risas debido a las acciones de Emma, quien "sin que nos diéramos cuenta" entregaba comida a Magnus por debajo de la silla.

Luego de lavar la losa y hacer la limpieza en el apartamento, fui a la habitación de Emma donde los canes y Daniela estaban tomando el té. Nunca había imaginado una vida así, en verdad que no. Y me sorprendía tanto lo acostumbrada que estaba a esas dos personas y mis perros.

Todo parecía un sueño.

La hora del almuerzo estaba llegando al igual que mi videollamada con Valentina, a quien extrañaba demasiado. Había crecido mucho en éste tiempo lejos de casa, no sólo físicamente, también lo había hecho personal y profesionalmente.

ELSKER DEG; cachéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora