ELSKER DEG; caché

52. Hogar.

Narra Poché.

Sólo faltaban cinco horas para llegar a la ciudad, las tres semanas en California habían sido reconfortantes y también un desastre.

El ladrido de uno de los perros que me acompañaba en la parte de atrás me hizo sonreír. Había cometido una locura, definitivamente; pero el sólo recordar la carita de los cachorros que se acomodaban en una esquina de la jaula, me hacía volver a pensar en que había tomado una excelente decisión.

-Un pug, un golden retriver y una pitbull.- Le dije a Laura por la videollamada.

Laura, Zac y Sofía habían sido las únicas personas con las que hablé durante las semanas fuera de la ciudad. No es que no quisiera hablar con Daniela, pero no quería confundir las cosas y hablarlo por teléfono, así que la mejor decisión había sido no responder a sus llamadas.

-¿Estás loca?

-Un poco.- la miré de reojo y ella río.

-¿Cómo se llaman?

-El pug se llama Ramón, como tu ex.- dije haciéndola reír. -Es un buen nombre para un pug, ¿no?

-No manches, Poché.- ella siguió riendo por unos minutos, hasta que Lucía llegó a su lado.

-¿Qué pasa?- preguntó confundida.

-Su nueva mascota se llama como mi ex.

-¿Es un pug?- Lucía preguntó confundida. -Me suena a que si lo es.- aclaró.

-¡Te lo dije!- me burlé. -Hola, Lu.- ella me saludó con la mano y yo la miré por unos segundos. -El pug se llama Ramón y la pitbull Nessa.

-¿Cómo la de tu caricatura favorita?- yo asentí. -Pero esa era una jirafa.- se burló esta vez Lau.

-¿Y cuál es el problema? Ella tiene cara de Nessa.

-¿Qué hay del golden?- Lucía dijo mientras husmeaba en el móvil.

-Magnus.

-Ese es más nombre de un gran danés o un pastor alemán.- Laura dijo riendo.

-Bueno, pues ahora le pertenece a un golden retriver.- dije riendo.

-¿Llegarás por Sofi al aeropuerto?- Laura preguntó, habíamos estado hablando por dos horas, así que estaba cerca de llegar a la ciudad.

No había hecho ninguna parada, y uno de los cachorros había sido cruzado al asiento delantero.

-Sí, quiere darle la sorpresa a Lucía, aunque siento que ella hubiese querido ir a recogerla.

-¿Cómo estás?- preguntó ella.

Suspire y luego sonreí un poco. -Bien, supongo que el día en que Valentina se apartara de mi lado fue más rápido de lo que imagine.

-Ella es una niña responsable.- sonrió y luego la voz de su madre se escuchó. -¿Has hablado con Daniela?

-No.- respondí rápidamente. -Pero Sofía se ha encargado de recordarle a Lucía sobre el anillo.

-¿La seguirás torturando así?

-No es una tortura.- me defendí. -Era algo que ambas necesitábamos, habíamos creado lazos de dependencia muy intensos...

-¿Qué tal te fue con Sarita?- ella la odiaba, no entendía la razón de su pregunta.

-Con Sarah las cosas terminaron el día que decidimos romper, el que yo la haya visto un par de veces no afecta en nada a mis sentimientos hacia ella... Digo, obviamente la quiero mucho, pero jamás volvería a verla como una novia o algo así.