Narrador Omnisciente.
Quince meses después...El jardín estaba decorado de flores blancas y amarillas, las sillas de madera oscura hacían contraste contra la decoración blanca al inicio de cada fila. El ambiente parecía estar ligero con un toque de nerviosismo, y se podían oír los murmullos de los invitados a la ceremonia y fiesta.
Dentro de la casa que había en ese gran jardín estaban los más importantes de dicho evento. Los padres de Daniela, las novias, damas y Emma Victoria junto a los canes.-¡Estoy demasiado nerviosa!- se escuchó decir a Poché desde el baño de la habitación. Sus damas miraron la puerta del baño evitando reír.
-Sólo faltan unos minutos.- Alexa murmuró del otro lado de la puerta. -Tienes que salir de una vez.- agregó mientras terminaba de pasar un labial nude por sus labios.
-¡Poché, sal de una maldita vez!- Sofía se acercó a la puerta para golpearla un par de veces. Laura la miraba evitando no reír, aunque también estaba nerviosa.
-El vestido no me cierra.- la puerta se abrió mostrando a una chica semi desnuda.
-¿Qué?- se escuchó decir a todas las chicas dentro de la habitación.
Laura se acercó junto a Alexa para intentar cerrar el vestido blanco. Era verdad, el vestido no cerraba debido al aumento de peso en Poché.
Todas parecían entrar en pánico, la única salvación era Valentina, misma que no respondía mensajes y ni llamadas.
En otra habitación terminaban de arreglar a los familiares de Daniela y a Melissa, la tía de Poché. Para ésta ocasión se habían dejado atrás las diferencias que se tenían entre Poché y Mel.
-¿Cómo me veo?- Daniela miró a sus damas: Kim, Lucía y Dina estaban sentadas sobre la cama terminando de arreglarse.
-Pareces una muñeca, mamá.- Emma Victoria se acercó para tocar el vestido de su madre.
–¿Cuánto falta para que esto comience?- pregunto Calle haciendo que sus damas rieran, había preguntado trece veces en menos de una hora.
–Media hora y...- Lucía fue interrumpida por el sonido de su móvil, su novia la llamaba.
Sofía estaba en la habitación con Poché, intentando comunicarse con Valentina. –Amor...- se le escuchó decir a Sofía. –Ven a la habitación de Poché y... Trae el traje de Valentina.
–¿Qué pasa?- Daniela dijo cuando Lucía preguntó que pasaba. –No me digas que ya no se quiere casar.- dijo exasperada tomando la tela de su vestido lista para correr fuera de la habitación.
Dina la detuvo antes de que saliera y arruinara su vestido. –Espera unos segundos.- Lucía cortó la llamada y caminó al armario donde el traje de sastre de Valentina estaba guardado. –Valentina se cambiará en la habitación de Poché.- mintió antes de salir de la habitación.
Cuarenta minutos después cada una de las chicas se encontraban en extremos diferentes del jardín. Valentina estaba frente al teclado junto a un pequeño conjunto musical; llevaba puesto el vestido de fiesta que iba usar Poché en la recepción, le habían quitado algunos diamantes para que no luciera tan escandaloso.
Poché vestía un traje sastre color blanco, con un top sin tirantes y de encaje; en sus pies llevaba los tacones que iba a utilizar con su vestido de bodas, su cabello castaño caía en ondas hasta sus hombros y una pequeña diadema le hacía compañía a aquellas ondas. Desde el lugar que estaba no podía ver a Calle, pero estaba segura que el vestido que había elegido era el perfecto. Zac llegó a su lado un poco agitado y acomodando su moño en el cuello.