Dedicada a: CarmenSosa7
Narra Daniela.
Los últimos días de vacaciones se fueron volando; incluso sentía que no había disfrutado al 100% mi relación y a mi familia. Estaba orgullosa por los planes futuros, por los recuerdos y las situaciones que se presentaban en el presente.
Hoy, que podíamos tener un nombre para mi relación con Poché, sentía que todo funcionaba con mayor facilidad. Agosto entró de lleno con buenas noticias, a mí me habían validado mis horas de prácticas en el lugar donde había trabajado los últimos meses y a su vez había recibido una oferta de trabajo dentro de la misma firma.
Emma era muy inteligente y eso me daba felicidad máxima, los tres perros hacían que nuestros días fueran distintos los unos de los otros y la compañía de Poché cantando casi a toda hora hacía que todo lo vivido pareciera un sueño.
Estábamos en nuestros mejores momentos, y al parecer no éramos las únicas: Kim y Sebas habían decidido dar el siguiente paso poniendo fecha de casamiento para el último día de invierno.
Laura y Zac se graduarían en dos semanas más y recibirían sus títulos; Zac viajaría a Bogotá, Colombia para una capacitación por un año y Laura viajaría a España con Michael por cuestiones de trabajo.
Valentina estaba triunfando en la universidad y en las redes sociales, estábamos orgullosas de ella.
Y, Sofía y Lucía, bueno, ellas disfrutaban de sus días juntas viajando a la playa y al bosque.
Todo corría perfectamente, hasta la enfermedad de Poché; sus ataques se reducían a tres semanales, eran leves y casi siempre podía notarlos cuando estaba leyendo un libro o estábamos acostadas mirando películas. Estaba para apoyarla,
Miré a Poché desde el sofá, jugaba con Emma en el pasillo del apartamento. Volví mi vista al móvil buscando algo para almorzar; una pequeña mano tocó mi brazo.
Emma me miró con una pequeña sonrisa e hizo una seña para que me acercara. –Dice Ma'ía que te quiero mucho.- Susurró Emma con una pequeña sonrisa, pronto miró a Poché quien levantaba sus dos pulgares a Emma, poco después Poché fue derrumbara por tres perros y una niña.
–Yo también te quiero.- Murmuré mientras me levantaba del sofá para unirme a ellas.
–Sabes... He pensado mucho en nuestras vidas cuando regresemos a clases.- Poché se acomdó mejor en el sofá, estábamos mirando animaciones con Emma. –Será muy difícil llevar una relación, trabajos y a la pequeña.
–Además, Diana ya no podrá cuidarla por las tardes.
–¿Te ha dicho como va su intercambio?- preguntó con curiosidad.
–Dice que es bueno conocer otro tipo de... Formas de educar.- Sonreí cuando miré a Ramón acomodarse entre las piernas de mi hija. –Pero creo que encontraremos el equilibrio.
–Sí, también lo creo y...- Poché suspiró mirando hacia la televisión. Su mano buscó la mía y enlazó nuestros dedos. –El graduarme antes que mis demás compañeros es raro, ya sabes... Se supone que debía haber tomado los cuatro años y lo logré el tres y medio.
–Pero está bien, ¿es lo que deseabas?- pregunté y ella asintió. –Mira, que todo se acomodó para que lograras terminar en el momento adecuado, eres inteligente y tus sueños son... Reales y perfectos.
–¿Me ayudarás cuando quiera abrir mi primer hotel?- ella me miró pestañeando un par de veces mientras hacía el mohín que tanto amaba. Asentí mientras me acercaba a ella para besarla.
Apenas tocar sus labios, las mariposas en mi estómago comenzaron a revolotear, siempre se sentía como la primera vez. Mi mano soltó la suya para amoldarse en su mejilla.
–Te amo...- susurró, me separé de golpe mirándola con asombro. Mi boca probablemente se había abierto completamente, o por lo menos lo sentía así.
Era la primera vez que lo decía. –¿que tu qué?- pregunté incrédula, aunque en realidad quería volverlo a escuchar.
Sus mejillas se sonrojaron, aquellas palabras habían salido de la nada y de forma natural.
–Que te amo.- repitió sonriendo con suavidad.
Mi corazón latía rápidamente mientras la miraba, volví a acercarme para besarla con suavidad. Pronto unos brazos nos rodearon a ambas y el peso de tres canes sobre las dos, se hizo presente.
A esto le llamaba yo: el comienzo de la felicidad.
* * *
Narra Poché.–¿Estás nerviosa?- Daniela miró mientras estacionaba el auto afuera de la universidad.
–Un poco, digo, siempre me pongo nerviosa pero... Empieza el último año, sólo dos semestres más y ya tendré un título como arquitecto.- me acerqué para dejar un beso en sus labios como despedida. –Iré a casa con Kim y las chicas.
–Esta bien.- dije como despedida mientras me cruzaba al asiento del piloto.
Habíamos pasado a la estancia infantil para dejar a Emma, hoy también era mi primer día de trabajo en una agencia de viajes, gracias al cielo la mayor parte del trabajo se realizaba desde casa, así que esta semana sólo sería una capacitación para ver de que iba la agencia.
Luego de una presentación larga a todos los integrantes, socios y dueños de los hoteles asociados, nos entregaron una carpeta con todo lo relacionado a la empresa.
El reloj marcaba la 1:09 cuando salí del edificio en compañía de Natalie, una chica española que había llegado apenas a la ciudad.
–¿Te molesta si paso primero por alguien?- pregunté cuando salíamos del estacionamiento.
–Por supuesto que no, además te agradezco que hagas esto por una desconocida.- ella sonrió mientras acomodaba su cabello rubio en una cola de caballo.
–No es nada, además seremos compañeras.- encendí la radio y seguí con el camino. El cual, fue silencioso y cómodo; la fila de la estancia estaba larga, así que durante la espera decidí hablar. –¿Tú elegiste venir a este país?- pregunté con curiosidad.
–Sí, creo que es un país con muchos destinos y tomando en cuenta que la mayoría decidió ir a Francia, Rusia y Reino Unido; creo que es una buena opción.- asentí como respuesta mientras avanzaba. –¿A quién vienes a recoger?- preguntó con curiosidad.
–La hija de mi novia.- respondí cuando llegamos a mi turno, pronto salíamos de la fila con Emma en su silla especial.
–¿Cómo te llamas, corazón?- le preguntó a Emma quien la miró con curiosidad.
–Está bien, Em...- le dije haciendo que ella sonriera un poco.
–Emma Victo'ia.- dijo esbozando una pequeña sonrisa.
El resto de camino Emma la pasó hablando de lo que había hecho en la estancia, Natalie le puso atención hasta que se despidió frente a su edificio. El camino a casa se desvío un poco cuando decidí que era buen momento de hacer mercado; mientras Emma esperaba sobre el carrito de compras, hablaba de Natalie y Polo, un niño que también cuidaban en la estancia.
–A mí me gusta Natalie.- dijo cuando intentaba elegir entre las frutas. –Y también me gusta Polo.- asintió con una sonrisa Mié tras peinaba a su muñeca.
La miré con curiosidad antes de acercarme a ella. –Amor, ¿Te gustan o los quieres?- pregunté haciendo que ella soltara la muñeca y tomara mis mejillas.
–Mami, yo te amo.- dijo mientras asentía un par de veces.
Si mi vida se resumiría en eso, definitivamente aceptaría lo que fuera por escuchar esas cuatro palabras.
Disculpen la tardanza de la publicación de capítulos :( peeeero quería que fuera lo más perfecto posible (obviamente no lo logré, pero ajá). Carmen este capítulo está dedicado para ti, porque eres una de esas personitas que sieeeempre (según yo) está al pendiente de la historia. Espero que ésta haya llenado tus expectativas y te haya entretenido.
Te envío un abrazo grande <3