55. La chica de mi vida.

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Narra Poché.

Desperté con las risas de Emma, miré a mi lado y Daniela aún estaba dormida. La noche anterior había intentado hacerme decir lo que le había dicho en un idioma que ella no entendía.

Me levanté confundida y salí de la habitación, Magnus y Nessa estaban colándose entre las rejillas de madera de la cuna de Emma.

Bebe Rexha cantaba mientras yo preparaba el desayuno, que constaba de sólo huevos revueltos, un par de tiras de tocino y pan tostado.

Daniela apareció por el pasillo con una sonrisa pequeña y caminó hasta su hija para dejar un beso en su frente.

-Buenos días, amor.- susurró en mi oído causando que mi piel se erizara.

El resto de la mañana estuvo llena de risas, con Emma enseñábamos a los perros a que nos obedecieran, aunque yo fallaba en el intento.

Era día libre de Diana, así que Daniela y yo nos encargamos de consentir a la pequeña Emma.

El resto del día fue pasarlo en el sofá, hablamos con Vale durante dos horas y por la noche Lucía y Sofía pasaron con comida china para cenar.

El lunes se fue tan rápido como llegó, a las siete de la mañana Daniela fue a la universidad y yo comencé con mis clases de idiomas; para mediodía Daniela y Diana llegaban a la par, la primera para almorzar e irse al trabajo y la segunda para quedarse en el apartamento con Emma.

Luego de dejar a Daniela en su trabajo, conduje hasta el lugar donde hacía mi pasantía. Fue igual de aburrido que las últimas semanas, ya habíamos terminando con un proyecto importante así que sólo quedaba revisar y verificar la estancia de los nuevos clientes.

Por la noche volví al apartamento lista para hacer mis deberes mientras Emma se sentaba sobre el escritorio a mirar por la ventana o rayar las hojas que cogía de vez en cuando.

Al final, la semana fue rápida y rutinaria; aunque para el jueves mis nervios estaban de punta. El sábado tocaría ir con mi médico familiar y un neurólogo, al parecer los medicamentos no estaban causando el mismo efecto de siempre; lo había notado en el último mes, pero no quería sabotear mis progresos.

-¿No tomarás ninguna pastilla?- Daniela me miró mientras terminaba de maquillarse.

Negué. -Ni hoy ni mañana.- respondí acomodando mi camisa blanca, Daniela me miró pidiendo una explicación. -Cambios de medicinas, estudios y... Creen que esto ha avanzado.- confesé.

Daniela dejó lo que hacía y rodeó mi cintura con sus brazos. -Vas a estar bien, estoy segura.- susurró y pronto dejó un beso en mi mejilla.

El resto de la tarde fue diferente, como todo el tiempo que suspendía la medicina, la rigidez en mis manos me hizo sentir impotente, al igual que el temblor en ambos lados de mi cuerpo.

Al final de día laboral, Daniela pasó por mí. Estaba muy cansada, tanto que apenas llegar sólo saludé a Diana y Emma y fui a dormir.

El viernes me salté las clases, Emma me hizo compañía en la cama hasta que Diana y Daniela aparecieron; Emma había sido un buen soporte cuando los episodios de temblores llegaron por la mañana. Igualmente me sentía inútil.

Llamé al hotel para avisar que no me sentía bien de salud, Daniela decidió también que era buen momento para ausentarse del suyo. Diana se quedó con Emma en su habitación mientras Daniela y yo mirábamos la televisión en la nuestra.

-¿Crees que ha empeorado?- preguntó de la nada.

En el día, a la única persona con la cual hablé fue con Emma, no me sentía con las ganas de nada.

-Yo creo que es como todo, tal vez aumentar las dosis o sólo es para ver si estos se han parado.- Daniela dijo cuando no respondí. -Recuerdo cuando te conocí.- ahí captó mi atención haciendo que levantara la vista y la mirara. -Papá me había dicho que una de sus mejores fotógrafas me haría una sesión.- ella sonrió, yo no lo hice. -Me imaginaba a alguien más ñoña.- hizo un mohín mientras su mano iba hasta mi cabello. -Jamás pensé que te convertirías en alguien tan especial, a pesar de todo... Y también me dije, "¿quién es esa chica tan guapa y por qué aparece así en mi vida? ¡Ella es perfecta!"

-También pensé lo mismo.- susurré casi inaudible para ella.

-Quien diría que terminarías causando mariposas en mi estomago, haciéndome compañía y siendo una madre para mi hija.

El silencio reinó en la habitación, aquello me había tomado por sorpresa, obviamente.

-Emma y tú...- comencé luego de unos minutos. -Se han convertido en mi familia... Ella es como adrenalina que me hace querer hacer todo a la vez, hacer lo mejor para nosotras y tú... Simplemente eres la chica con la que siempre soñé.- me quedé en silencio, ella iba a hablar pero la detuve colocando mi índice sobre sus labios. -Nunca pensé que mi vida se convertiría en algo diferente a lo planeado, pero fue lo mejor que me pasó. Fueron lo mejor que me pasó.- me corregí esbozando una pequeña sonrisa.

-¿Cómo te sientes?- preguntó, sabía que quería hacerme hablar y había caído.

Volví a quedarme en silencio y alejé mi vista de ella, centrándola nuevamente en la televisión.

-Estoy asustada.- otra confesión. -De que todo salga mal, de que las cosas hayan empeorado.

–Todo va a estar bien... Yo voy a estar aquí para ti.- Daniela me abrazó y cruzó una de sus piernas por sobre mi cuerpo.

Era la verdad, mi miedo más grande era que la enfermedad haya avanzado más de lo normal, si bien la dopamina que tomaba estaba causando estragos en mí, sentía que ya no era suficiente.

Cuando Diana se fue, Daniela trajo a Emma a la cama, la pequeña me miraba mientras me mostraba cada uno de sus juguetes. Daniela hizo cena para las tres y decidió que era buena idea tomar la comida en la cama; con John Mayer de fondo, Emma bailando sobre la cama y Daniela riendo ante lo que su hija hacía: me di cuenta que estaba viviendo uno de los mejores momentos de mi vida.

Una lágrima escapó y se desvaneció en mi boca; le sonreí a Daniela antes de dejar el plato a un lado y arrastrarme sobre la cama para abrazarla. Emma hizo lo mismo que yo, así que ambas quedamos en los brazos de Daniela.

No quería que el día de la cita llegara y con ella las malas noticias.

Recuerden que los últimos capítulos los estaré dedicando. (A decir verdad ya tengo a cuatro chicas seleccionadas).

ELSKER DEG; cachéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora