25. ¿Fue un eror?

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Poché.

Luego de charlar con Valentina, decidí que era momento de entrar a la bañera, se había convertido en un lindo lugar para pensar y relajarme. Valentina se fue dejando a Emma con la promesa de volver después de ducharse ella.

–Bueno, Emma. No creo que a tu madre le importe si te meto a la bañera conmigo.- susurré antes de caminar al cuarto de baño con Emma en mis brazos.

Luego de dejar el agua caliente tibia para ambas y dejar a Emma sin pañal, la dejé en el agua donde rápidamente se puso a jugar con mi pato de hule. Sí, tenía un patito de hule y tiburones.

Me quedé en ropa interior antes de entrar a la bañera con la bebé. Comencé a jugar en el agua con ella haciéndola reír, comencé a enjabonarla esperando que no hiciera una rabieta por ello.

–¿Quieres que te cante una canción?- le pregunté haciéndola reír mientras golpeaba el agua. –¿Qué te parece Who Are You?- pregunté mientras lavaba su cabeza. –lunes me mandas flores, martes me das excusas, miércoles luna y mar, jueves el sol se nubla. viernes tu dueña soy, sábado qué sola estoy, desapareces otra vez.

Emma me miró. –¿Te gusta la canción o es que soy muy mala cantando?- pregunté en un susurro. El ruido en la habitación hizo que me alertara. –En el baño.- grité para que vinieran al lugar. –Puedes tomar una toalla para sacar a Emma y...- me quedé en silencio cuando Daniela entró por completo. –Pensé que eras Vale.

–¿No ha llorado?- preguntó ignorando lo que había dicho anteriormente. Negué. –Ella siempre llora cuando la baño, creo que ya sé a quien le pagaré para esto.- rió mirándome, su mano buscó la mía que se acomodaba sobre la orilla de la bañera. –María José... Yo quiero hablar sobre el beso

–Queda olvidado, sé que no fue nada.- repetí sus palabras antes de alejar mi mano de la suya.

–No. Yo...- de un momento a otro sus manos estaban en mi rostro y mis labios contra los suyos.

Disfruté de los gloriosos veinte segundos contra sus labios hasta que la puerta se abrió. Abrí los ojos de golpe y Daniela se alejó cayendo contra su trasero, Emma rió, como siempre.

–Eh... Yo... Lamento interrumpir el momento romántico pero...

–Vale...- la rependí haciendo que intentara ocultar su sonrisa. –Trae una toalla para que saques a Emma, ya está limpia.- al decir aquello, Emma alcanzó la tapa de la bañera dejando el desagüe abierto.

–Sí, yo me encargo de Emma ustedes... Sigan con lo suyo.- levantó las cejas un par de veces antes de salir con Emma en sus brazos.

–Yo quería pasar más tiempo en la bañera.- hice un puchero antes de cerrar el desagüe y abrir nuevamente el grifo. –Y no me voy a quedar con las ganas.

–¿Te molesta si me quedo aquí?- preguntó Daniela aún en el suelo.

–¿Está cómodo el lugar?- dije burlesca haciéndola rodar los ojos.

–Creo que estaría mejor dentro de esa bañera.

–Entra.- solté de inmediato y sin pensar. –Digo, creo que ambas entramos bien. Ya sabes soy pequeña y...

–Esta bien.- aceptó haciéndome sonreír. –Iré por ropa para cuando salga.- se levantó y salió de la habitación.

Dejé que mi cuerpo se relajara en el agua limpia y me sumergí debajo de ella. Sentía mi cuerpo relajarse contra el agua fría, hasta que el ruido en el baño me hizo salir de ahí.

–Otra vez estabas debajo del agua...- murmuró Daniela, mientras quitaba su maquillaje frente al espejo.

–Sí. Me agrada.- dije antes de levantarme para tomar las sales de baño. –¿sabes? Creo que iré por limonada y mi laptop, si me quedo más tiempo aquí me quedaré con la piel arrugada.- reí antes de salir mojada del baño.

ELSKER DEG; cachéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora