N.O.
Los días pasaban rápido en la ciudad, el invierno ya se sentía en las calles y dentro de los hogares.
Daniela se encontraba sola en casa puesto que su padre, su esposa y la hija de ésta habían salido a la Ciudad de México por asuntos de trabajo. La hijastra de Germán iba a comenzar una carrera de modelaje, su padre estaba más que feliz con ello.
Esa era la cita que tenía María José con su padre el día posterior a su cumpleaños.
Desde esa vez no se habían visto, y aunque deseó poder ir a su departamento, sabía que no estaba bien.
Era día quince. La última clase estaba siendo dada y Daniela no podía hacer más que hacer apuntes de los próximos proyecto a entregar.
La recta final estaba a la vuelta de la esquina, y no era la única preocupada por eso. Se dio cuenta en la hora del almuerzo, cuando se encontró con sus tres amigas.
Para cada una de ellas era una dificultad distinta, pero ambas rezaban por pasar el primer y tercer semestre. Sí, apenas hace unos días se enteró que Laura era un año mayor que las demás. Mismo que Laura usó a su conveniencia para burlarse.
Con Aitana sonando en sus auriculares, subió al taxi que había parado. Aitana, aún estaba pensando si ponerle ese nombre a su hija; no la convencía al 100%, o por lo menos eso creía.
–¿A qué dirección, señorita?- dijo el taxista esbozando una dulce sonrisa.
Los ojos de Daniela se apuñaron cuando un dolor en el vientre se sintió, y luego unas inmensas ganas de hacer pipí.
–¿Seño...- las palabras de aquél hombre se quedaron atorados en su garganta cuando un gritó salió de los labios de la joven embarazada.
–A un hospital, por favor.- dijo entre lágrimas mientras sacaba los auriculares de sus oídos.
La voz de Aitana fue lo último que escuchó cuando el auto se puso en marcha.
No sabía a quien llamar, pues su padre estaba lejos, sus amigas probablemente estaban ocupadas en clases y no tenía el teléfono de la madre se Kim.
El nombre de Vale apareció en su mente, cuando cerró los ojos con fuerza.
Al otro lado de la ciudad, estaba María José sonriéndole a su clienta mientras preparaba un latte. Y luego, a unos metros se encontraba Valentina, respondiendo una llamada a escondidas que era de Daniela.
Cuando escuchó su voz rota y llena de dolor se espantó. Corrió fuera del lugar siendo seguida por Juliana, su mejor amiga, quien trataba de ser detenida por el profesor. Lo ignoro saliendo y pensando lo peor.
–¿Qué sucede?- dijo cuando llegó a su lado.
–¿Tienes crédito? Me lo he acabo, maldición.- dijo la joven mientras Juli le ofrecía su móvil. –Necesito llamar a Poché, es una emergencia.- dijo asustando a su mejor amiga.
–¿Le ha pasado algo?- preguntó preocupada, Juli tenía un crush con la hermana mayor de su amiga.
–Es Daniela... La amiga de Poché.- dijo justo cuando su hermana respondía.
–¿Juli? ¿Ha pasado algo con...- sus palabras se quedaron en el aire debido a una interrupción.
–Estoy bien, Poché. Es Daniela; está camino al hospital, ingresará porque al parecer se le ha adelantado el parto.
Apenas decir aquello el mundo de la mayor se hizo un desastre, miró a Laura que la miraba preocupada y luego siguió hablando con su hermana.
Fueron sólo dos minutos, dónde Vale le explicaba de forma rápida y confusa que un taxista se había encargado se llevar a Daniela a un hospital en el centro de la ciudad. Luego de darle el nombre Vale colgó y ella buscó con la mirada a su jefa.
